Exposición Hot line
Colectiva
24.02.2023
Galería La Nave
Aún no habían terminado de zambullir las cabezas en la vieja tina de agua salada, en lo que venía a ser un proyecto de performance pensado por una, dos o más cabezas, y aprovechando el silencio sepulcral de un público más frío que la propia guerra, alguien corrió a la oficina a levantar el auricular de la línea directa. A direct telecommunications link enabling immediate communication between heads of state in an international crisis. Del otro lado de la línea las cejas se arqueaban.

Pues sí, algunos habían encontrado convertir el lugar en a telephone service enabling people to talk confidentially with someone about a personal problem or crisis. Temas duros, polémicos y existenciales estaban siendo abordados in situ, y las redes digitales sociales las amplificaban sin barreras u obstáculos a la comunicación. Lo complejo de ser emergente en un mundo real de virtuales (con)sagrados, la realidad de ser independiente para salir a encontrar lo necesario para hacer la obra, la fina línea entre lo que se puede y lo que no debe ser, la ruptura de los paradigmas y la construcción del yo/artista vs yo/persona, y más.




A su vez, este telephone line providing customers or clients with direct access to a company or professional service, donde el proceso de producción de la muestra y el new look del arte, echa por tierra al mismísimo «Sermón del monte» (Mateo 7:6). En pocas palabras ese alguien sintetizó lo que pasaba, cada idea era escuchada con atención por la otra oficina, que apuntaba con detalle. Ya no era tan mudo el grito, ni tan mala la hierba que crecía, ni tal postureo las posturas asumidas, algo pasaba, se empezaba a mover el mundo después de mucho tiempo detenido.






Colgaba el teléfono rojo, y guardaba el bolígrafo en el bolsillo, nuevamente se calentaba la línea.
