Exposición Ed. 50/70: Papeles reciclados
José Omar Torres
01.02.2023
Sala Villena de la UNEAC
Cuando en la pasada exposición “Memorias de un tiempo”, José Omar mostraba algunas de sus últimas piezas, ya nos adelantaba parte de esta inquietud que a sus 70 aún le vuelve un experimentador en materia de artes plásticas. Más allá de volver sobre sus amplías habilidades y maestrías en el dominio del color, la técnica del acrílico sobre soportes varios, la figuración dentro de lo abstracto, y otras tantas valías que le dan aún más fuerza a ese refrán de que “más sabe el Diablo por viejo que por diablo”, hoy me centro en otro elemento. José Omar, con esta muestra, que viene a corresponder con la celebración de su cumpleaños 70 y cincuenta de vida artística, nos demuestra sus estudios desde la práctica artística sobre la pasta de papel (reciclado y manufacturado) como material extra-pictórico en su labor como creador.
Extrayendo el papel, material cotidiano de muchos, de su habitual contexto y uso, lo transforma hasta hacerlo cómplice de su creatividad sin límites. Hay, se aprecia en la calidad del soporte de sus imaginerías, un estudio de las características propias del papel, sus propiedades y un despliegue de variados métodos procesuales, hasta llegar a este resultado. Viene esta acertada muestra, más allá del homenaje al artista y su vida, a ser una especie disertación sobre como José Omar ha convertido esa práctica de manufacturar su propio soporte a base de papeles reciclados, y convertido en herramienta y componente a su vez de su expresión plástica. Cuanta teoría escrita o no, búsquedas y referencias obligatorias, incluidas las enseñanzas de Ñica, son hoy basamento de la exposición. Para aquellos que ahora prestamos mayor atención a los procesos investigativos de los artistas desde sus propias prácticas de creación, encontrar exposiciones que se van fuera del contexto de la continuidad de discursos estéticos manidos o la continuidad de un mismo proceso creativo, es sin dudas un lujo encontrarse con esta serie de José Omar.
Muchos podrán decir que existen infinidad de artistas que han desarrollado líneas creativas en igual sentido. Es cierto, pero unos pocos en el panorama nacional contemporáneo, como es el caso del maestro José Omar, centran sus obras artísticas considerando al papel no solo como material de estructura, sino como materia de construcción de la obra y con el que se debe combinar múltiples elementos visuales. A esto agrego que el uso del papel en las artes plásticas existe desde la misma edad temprana de su invención, pero lo interesante son los procesos propios e individuales que los artistas van desarrollando y evolucionando en técnicas con la incorporación de nuevas tecnologías y lenguajes expresivos. Por eso es que afirmo, la inmensa valía que un artista de la pasada generación de los 70-80, incursione en tiempos de contemporaneidad en este tipo de obras, cuando el empleo del lienzo predomina significativamente en quienes comparten edad e historia.
Cada pieza de las escogidas por la curaduría de la muestra, están cargadas de ese simbolismo que da ser inspirada en emociones profundas del artista. Los títulos acompañan e ilustran, tanto como las propias obras, el fenómeno: “Duele Matanzas”, “Todo se torna gris”, “Lo viejo y lo nuevo”, “Buscando luz”, “La isla en rojo”, “Siempre estarás”, “Defendiendo mi sueño”, “En busca de la ilusión”, “Tiempos difíciles” por solo señalar algunos de ellos, marcan el recorrido en 360 grados de la exposición. En todas demás, el artista busca romper las limitaciones que ofrecen las propias técnicas empleadas, y la posibilidad de construir sus propios materiales, logra un proceso de tamizado en la pieza, que agrega mayores posibilidades expositivas y espaciales de las obras. Es por eso que para nada altera la visualidad la no existencia de marcos y cristales protectores, sino que hace que la obra se expanda sin límites espaciales a la vista del espectador, ilusión solo rota al estar los “pie de obra” tan cerca de las piezas, que casi se vuelven parte de ellas. Pero esto es sabido que es resultado de la necesidad de preservar espacios no galerísticos como es la Sala Villena de la UNEAC.
Al maestro José Omar, mis felicitaciones dobles, por la vida y por la obra. A él solo decirle que se disfruta cada pieza, sus colores y texturas, su impresionante dominio del detalle y la composición de las escenas, el uso de la perspectiva en la imagen, y sobre todo, el acompañamiento a los jóvenes artistas que en él siempre tienen un referente necesario para su obra contemporánea. ¡Salud!