Exposición El caos y los hijos de la Bestia
Ángel Ramírez
09.12.2022
Galería Villa Manuela
“Y la bestia que vi era semejante a un leopardo, y sus pies eran como de oso, y su boca, como boca de león. Y el dragón le dio su poder, y su trono y gran autoridad. Y vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero su herida mortal fue curada; y se maravilló toda la tierra en pos de la bestia.” Apocalipsis 13
La fina ironía, ese carácter lúdico en el uso de los tacos de grabado, la referencia cierta a la literatura, y esa sutil crítica en el fondo de los discursos de cada pieza, son los elementos que me atraparon de esta exposición. Tal vez, los mismos que han acompañado siempre a la obra de Ángel Ramírez, de quien no había tenido oportunidad de visitar en una exposición personal. Para este artista, el mundo de hoy, sumido en un caos, ha generado un sinfín de nuevos monstruos, tal vez los hijos de esa Bestia que en las sagradas escrituras emergió del caos.
Pero ¿qué son los hijos de la Bestia?, sino una representación de la humanidad y los hombres que pueblan por estos días nuestros espacios. En pleno siglo XXI, este bestiario nace como bien reconoce el artista en lugares y circunstancias caóticas como: “brotes de aguas negras, municipales, agitadas, turbias, turbulentas”; familias enajenadas de la realidad viviendo en un pasado que ya no será; en falsas amistades por conveniencia e interés; en fin, en una sociedad en decadencia. Y este mundo, se va llenando de esos monstruos, hijos de la Bestia.
En una exposición donde lo abstracto y el conceptualismo, forma parte de esa atmósfera donde el aparente caos existe, hay una lucidez y un orden tal, que el público disfruta. Cada pieza, tridimensionales, todas, incluso aquellas que no lo parecen, permiten ir redescubriendo la trasfiguración que en las manos de este artífice toman: maderas, hierros, productos, miles de elementos reciclados, los que van componiendo los cuerpos y figuras de estos hijos. Ángel asume la difícil tarea que es representar el mundo donde surgen, crecen, se desarrollan y perduran por los siglos de los siglos, estos integrantes de un bestiario contemporáneo, como lo define Marilyn Sampera en las palabras al catálogo. Imagino, que sea por referencia a esos seres fantásticos y mitológicos que representaban una gran cantidad de animales con inusuales características cantados por los antiguos.
Hay, eso sí, una melancolía en toda la exposición, que se refleja en la mirada del artista hacia esa destrucción que acompaña el nacimiento de los hijos de la Bestia, y el caos reinante que evoluciona cada vez más. Tal vez por eso asume un compromiso mayor, relatando las historias de estas nuevas bestias, alertando a los que quedamos, sobre la posibilidad de que sigan apareciendo nuevos especímenes.
Este bestiario de Ángel Ramírez, adquiere una interpretación renovada en su mirada sobre nuestro tiempo. Son, sin lugar a duda, una alusión directa a la atmósfera de nuestros días, cargada de temores e incertidumbres. Como artista, busca sobreponerse a este mundo cambiante, en crisis. Y no ser devorados, ni por el caos, ni por los hijos de la bestia.