Exposición Territorial: Agua
Colectiva
12.11.2022
Centro Hispanoamericano de Cultura
Cerrando el ciclo de esta arriesgada empresa, la producción, gestión y curaduría de cuatro exposiciones, en lo que vino a llamarse Proyecto Territorial, llega Agua. En lo particular, el trabajo del equipo de Enlace, ha sido meritorio, más cuando las condiciones actuales hacen tarea titánica desarrollar eventos de esta naturaleza sin el apoyo institucional en cierta medida. Algo, que en este caso considero, fue una oportunidad perdida por esos espacios para demostrar su interés de potenciar la ubicación en el mapa de las artes visuales de un número interesante de artistas no presentes en las “nóminas” o “catálogos” de galerías comerciales. Tal vez por eso, es que este grupo de jóvenes recibió el apoyo de los artistas, quienes confiaron en ellos y a ciegas casi, pusieron a disposición de este proyecto algunas de las mejores piezas de sus últimas producciones. Territorial, viene a ser, en su concepción y ejecución final, un ejemplo de las posibilidades creativas y del talento curatorial/producción, que hay entre nuestros jóvenes, y eso merece las palmas.
Todo esto, me sirve de preludio para revisitar la exposición Agua. Este último episodio, vino a ser un cierre, en mi opinión, no a la altura de los anteriores, que mantuvieron en constante emoción durante dos fines de semana. Si se mira de cerca, los momentos que le antecedieron Aire, Tierra, Fuego, lograron apropiarse del espacio donde fueron emplazados. Las piezas convivieron, dialogaron, propiciaron el debate e impactaron al espectador que les visitó. En Agua, el espacio inmenso de la sala principal del Centro Hispanoamericano de Cultura, invisibilizó, a excepción de una o dos piezas, al resto de las presentes en la sala. Los que conocen este espacio, conocen que, en muestras anteriores, incluso con piezas escultóricas de gran tamaño, como la columna emplazada por Fabelo en el pasado homenaje a Juanito Delgado, el espacio no lucía abarrotado. Es sin dudas un reto siempre para cualquier museografía.
No obstante, aunque la museografía forma parte siempre de una adecuada curaduría, según dicen los que saben, la selección de las piezas y artistas, tiene un mérito elevado. Las curadoras propiciaron que los artistas volvieran sobre ese elemento de nuestra realidad que es el agua, desde la experimentación, y reinterpretación de esa carga estética y visual que sin dudas le acompaña. Lograr el equilibro, entre varias generaciones de artistas, donde se incluye al Premio Nacional de Artes Plásticas José Á. Toirac, artistas docentes como Antonio Gómez Margolles y Duniesky Martín, con otros tan jóvenes donde resaltan los nombres de Reinaldo Cid o el proyecto Ups!, es algo que a lo largo del proyecto Territorial se ha mantenido, y esta no es la excepción.
Cada una de las piezas emplea esa magia —espiritual, emocional, intelectual, lúdica— que siempre acompaña al agua. Estas producciones simbólicas, muy a lo general o autorreferenciales, van acompañadas, eso sí, del legado cultural acumulado en el arte sobre el agua.