Exposición “47 Ronin”
Jesús Damián Pozo Hernández
16.06.2022
Fábrica de Arte Cubano

Recientemente, debatíamos tanto en las redes como en físico con relación a la autogestión de los artistas cubanos, y su inserción en las galerías habaneras. Mucho se dijo sobre la propia voluntad del artista, para lograr posicionarse en un mundo tan competitivo y de pocas oportunidades. Da la casualidad que recibo invitación para asistir a la exposición de este joven artista. En las últimas semanas, hemos sido testigos de la gestión personal de este y de sus amigos más cercanos para lograr promover y producir esta muestra: la primera fuera del ámbito escolar. Bombardeo a través de las redes sociales, de información sobre el proceso creativo, réplicas miles del post a través de grupos y estados de WhatsApp, la creación por otro amigo artista, del poster de la exposición y del spot… En fin, todo un proceso para posicionar a nivel comunicacional y promocional su primer encuentro real con el público de su obra.

Creo que mejor nombre no pudo escoger para la misma: 47 Ronin. Quiero verlo como el directo símil sobre cómo se encuentra una gran generación de artistas muy jóvenes, que sin el liderazgo de una institución o galería (que representan en el mundo feudal de las artes visuales un “daimyō”), deben comenzar a llevar si vida profesional como Creador Independiente. Amén que el estilo de las piezas evoque esas imágenes al estilo japonés antiguo, que las escenas reflejadas hablen de una mirada desde su producción anterior, esta muestra es una declaración de que tenemos muchos Ronin en las artes visuales hoy. Con la valentía que caracteriza a estos personajes, Damián, junto a sus compañeros de juergas, estudio y vida, asumen el reto de exponer. El espacio, cualquiera que ofrezca cabida a la producción artística. Fábrica de Arte se viene convirtiendo en una especie de oasis donde muchos artistas logran posicionar su obra. La ganadora y nominada nuevamente al premio World Travel Awards, ha sabido encontrar en las artes visuales un mercado interesante, además de contribuir a que miles de visitantes conozcan lo que está pasando hoy en esa materia.

Peros tendrá muchos, más cuando el artista asume la triple condición de Comisario de su arte, curador y museógrafo. Nuevamente, surge el papel de autogestor, que mencionaba más arriba, si no es así, entonces el artista joven no expone, cae en el proceso lento de aprobación de proyectos y debe ir a la cola para poder aspirar exponer en alguna de las galerías municipales o de instituciones. Puede esperar a Post-It, pero vuelve a tener el riesgo de que la competencia sea fuerte. En lo particular me gusta el uso de los colores, así como la técnica empleada en varios de los formatos más pequeños. No le quito méritos a los lienzos, pero la obra sobre cartulina me resulta más impresionante.

Quiso el artista que las palabras a la muestra hablaran “de reflexión crítica a la sociedad actual, permitiendo definir al samurái y al ronin desde el hombre contemporáneo”. En mi opinión, la muestra cruzó esas fronteras y me permitieron ejemplificar como estos artistas pueden ser vistos como Ronin, y que lleguen alguna vez por fuerza de talento y constancia, así como por la obra en sí llegar a posicionarse como samuráis en las galerías y espacios legitimados. Hay tiempo, la carrera empieza ahora.