Exposición «Por el ojo del telón»
Manuel López Oliva
16.06.2022
Teatro Nacional de Cuba
Que es la vida si no una puesta en escena constante, donde somos protagonistas de nuestros dramas, tragedias, comedias y romances. Una obra de teatro, al decir de Charles Chaplin, que no permite ensayos. A veces debemos tener cambios de rostros para evadirnos plenamente de nosotros mismos en presencia de esos espectadores críticos, que a cada pasa nos miden, valoran o censuran. Para ellos que mejor recursos que las máscaras.
López lo sabe, sus años de vida -pues más sabe el Diablo por viejo, que por diablo- le han hecho entender que esas decisiones de enmascararse son una verdadera transustanciación de la personalidad. Y lo recoge en sus piezas, en una temática que viene siendo leitmotiv ya por varias series y años de trabajo. Cuándo explica su obra, o mejor cuándo demuestra la multidireccionalidad de sus sentidos, esgrime ese discurso que va hasta los orígenes etimológicos de las palabras máscaras y persona. Luego, a través de colores, formas, saberes anteriores, de manifestaciones varias, aprovecha el fenómeno humano de querer proteger la intimidad como forma de evadir a los otros, a la sociedad. Las pasiones, incluso las más bajas, la lujuria, la lucha de poderes, la manipulación extrema, las dobles morales, y las falsas modestias, ¡la verdadera naturaleza humana!, son posiblemente las visiones que proyecta este artista contemporáneo a su tiempo, en esta pequeña muestra.
No escapa de la obra, la frescura sexual de las poses de personajes enmascarados. Sería difícil negar, que tanta lectura de López no lo hubiese llevado a las teorías freudianas. Estás junto a otras literaturas occidentales o no, donde personajes enmascarados encarnan demonios o sus representaciones libres de pudor para entregarse al pecado de carne, han dejado huella en las escenas pictóricas de Manuel. Rejuega entonces con la sátira y lo festivo que simboliza la máscara, con la cara oculta de la sociedad, refleja personajes que acompañan el día a día de las instituciones y del hombre de a pie.
Hasta aquí dejaré estas líneas de los visto por el ojo del telón sobre una puesta en escena mayor. López alerta de próxima exposición donde igual la máscara seguirá hablándonos a los ojos. Esperaré entonces a ese momento, y por ahora me quedo con el aquello de que como él mismo afirma y parafraseo: «yo hago un arte de expresión auténtica; libre de intereses financieros, mandatos de los circuitos de comercio internacionalizados y de consideraciones del valor solo como rango y precio construido»