Irra Velázquez
(artistas invitados Maikel Sotomayor, Frank González, Dayron Gallardo y Yohandrys (Yohy) Suárez)
04.04.2018
Galería de Arte «Collage Habana»
«Todo el mundo es un teatro y todos los hombres y mujeres meramente actores» W. Shakespeare
“Ven, acércate”, así con esa voz imperativa Irra Velázquez nos alerta que ya se levanta el telón de esa puesta en escena. El uso de los recursos teatrales -dominados por Irra- dentro del lenguaje pictórico de las obras escogidas, resalta a través del uso de la iluminación enfocada en personajes únicos de los lienzos, y coloreados fondos donde sus personajes adoptan poses y situaciones dramáticas o emotivas. Presupongo ese monólogo de las exposiciones personales, pero se rompe y surge el diálogo con cuatro actores, uno en cada acto.
Irra escoge a jóvenes artistas -amigos- como cómplices, sus nombres Maikel Sotomayor, Frank González, Dayron Gallardo y Yohandrys (Yohy) Suárez. Los personajes protagónicos (obras de Irra) dialogan con cada nuevo personaje; por un momento se desenfocan para dar mayor presencia a estos últimos, y gira la escena alrededor del joven artista de turno.
Sabiamente, Velázquez sabe reconocer que estos relevos no compiten sino apre(he)nden de su talento. Y es que, el contexto o la narrativa construida a través de los lienzos del “profe”, sirven de pretexto sano para colocar los estilos diversos de cada alumno. Se logra que todos los elementos abstractos («Lebrón» de Maikel Sotomayor y «Nuevos caminos» de Dayron Gallardo) o figurativos («Barricada I» de Yohy Suárez y «La Marina» de Frank González) se equilibren.
En la escena final, todos confluyen, música y poesía, pintura y teatro. Reunidos los cinco, miran alrededor del escenario donde el público observador los aplaude. Irra con su experiencia de “siglos” como pintor, más allá composiciones y colores, logró crear esa atmósfera teatral en ese espacio físico que es la galería. Cada uno de los personajes propios (una especie de Fauna Humana) contó su historia (a través de símbolos como recurso expresivo, plumas, letras, telas y otros colocados puntualmente en cada lienzo), trasmitió un mensaje.
Al final va bajando el telón de una exquisita obra, cada semana los personajes revivieron -mérito este a aplaudir más y cuando otras exposiciones mueren después de inaugurar-. Irra y estos jóvenes cierran un ciclo y vuelven abrir otro.
Esperemos, se reponga la obra y sin duda alguna, cuando este maestro de escena nos convide, responderemos: voy, ¡me acerco!