Colectiva
26.04.2022
Las artes visuales están estrechamente relacionadas con la observación de la Naturaleza. No por gusto los griegos señalaban que la belleza estaba contenida u oculta en la naturaleza y era deber del artista a través de su talento descubrirla para el resto en sus justas proporciones. Con el paso de los siglos y las diversas tendencias hasta llegar a la contemporaneidad, esa función del artista se ha mantenido, pero se han transformado las formas de expresarla. Del retrato objetivo de la Naturaleza se ha pasado a la representación de esta a través de los sentidos y experiencias del artista. Y esta muestra es sin dudas un ejemplo elocuente de estas afirmaciones.
En franca contraposición, la curaduría de la exposición nos coloca ante la obra de la Fundación Antonio Núñez Jiménez, y una serie de objetos y dibujos que reflejan el arte primitivo, así como a través de objetos artesanales de los grupos aborígenes que habitaron desde el Amazonas hasta el Caribe, recolectados por la expedición. Por otro lado, ponen a dialogar estos con piezas de artistas contemporáneos como son Rafael Villares y Mauricio Cervantes, quienes renuncian abiertamente a la representación al estilo renacentista de la Natura y la usan como inspiración para desarrollar sus propias prácticas artísticas. En ambos, el estado de equilibro que caracteriza a la Naturaleza está reflejado en sus obras, lo que se ha convertido al menos en el caso de Villares, en un sello particular. La sencillez y delicadeza forman parte de cada una de sus propuestas, y son resultado del estudio de los procesos de la naturaleza y porque no, la hacen coautora de las obras, “Alfabeto rojo” de Rafael Villares, es la más evidente muestra.
Las fotografías aéreas de Héctor Garrido , vienen a reafirmar que la propia Naturaleza es en sí, el ejemplo máximo de creatividad. En las últimas oportunidades en la que he apreciado su obra –una de ellas la exposición Pares junto a Arián Irsula- este artista busca remarcar las complejidades y el medio natural, donde la multiplicidad y diversidad de lugares y ecosistemas creados por la evolución de la vida sobre la tierra. Logrando entonces impresionar con el descubrimiento de esta belleza oculta solo vista desde ojos de águila. Isabel Muñoz usa la técnica platinotipia (Es un proceso de copia por contacto, por lo cual es necesario producir un negativo del tamaño que se quiera al final) en su serie Agua, creando imágenes impresionantes, con una fuerte complejidad visual.
En esta muestra se presenta, a mi manera de ver, la multiplicidad de perspectivas y de objetivos con que se aborda el tema de la naturaleza desde el arte contemporáneo, fomentando un amplio espectro de interacciones artísticas entre artistas de generaciones y manifestaciones diversas. Cada una de las obras y la exposición en su conjunto, son un recordatorio de la necesidad de crear conciencia de que formamos parte de algo más grande que nosotros como especie, la Naturaleza, que sigue provocando a descubrir su belleza latente. En ese sentido ese vacío que queda por llenar con el conocimiento sobre ella, genera a su vez un manantial de creatividad para los artistas que, como Villares, Cervantes, Garrido e Isabel Muñoz, saben que la poética del vacío reside en que este es el principio para crear.



















