Colectiva

11.05.2022

Galería Habana

Resulta paradójico que se realice esta exposición en días como los que corren. The Wall Street Journal recoge en sus páginas que: “Desde septiembre de 2021, período en el cual este mercado alcanzó su punto máximo, hasta la primera semana de mayo las ventas cayeron un 92%”. Mientras recorría la exposición, dedicada a presentar un bit del quehacer NFT en la comunidad artística cubana, no podía dejar de pensar en cómo los valores del mercado “cripto”, sufrían una de las peores caídas en años. Y por ende el valor de los NFT, como parte de ese ecosistema, disminuía considerablemente.

A casi dos años de emerger el fenómeno de los NFT vinculados a la escena artística, la institución arte cubana viene a reconocer su existencia. Antes, como ya se hace usual, espacios como Fábrica de Arte Cubano, Galería Gorría y otros actores del panorama de las artes visuales en Cuba daban el espaldarazo a los artistas. Estos intermediarios artísticos dieron la orientación, guía y se encargaron de la gestión tanto promocional como comercial de las obras ahora en este formato. Los artistas crearon, ellos intermediaron y generaron capital simbólico a artistas y obras en un mercado nuevo e inexplorado. Asumieron el vacío que surgió ante las dudas de muchos creadores. Artistas visuales vieron con agrado un nuevo horizonte de posibilidades poéticas y estéticas y se lanzaron, llegando a subvertir radicalmente las estructuras de creación, divulgación, comercialización y consumo del arte.

Cuando la comunidad internacional empezaba a reconocer el valor de los NFT en la divulgación y comercialización de la obra de los artistas visuales que tenían una carrera en el arte digital, los cubanos tuvimos acceso, lo cual como nunca motivó la creación de toda una comunidad cubana de criptoartistas. Si bien es cierto que Raúl Cordero fue de los primeros en ser invitado a publicar una colección con Nifty Gatewey, la influencia de Gabriel Guerra Bianchini será siempre, en mi opinión, la chispa que despertó el interés cubano en los NFT. Gabriel, con quien fui uno de los primeros en indagar sobre como potenciar este mercado a través de la institución arte, apoyó el desarrollo de todo un movimiento artístico alrededor de este potencial medio, al punto de ser reconocido su proyecto Cryptocubanart en la pasada feria internacional Art Basel Miami. Cuando escribamos la historia del Mercado 3.0 de arte cubano, llevará un capítulo sin dudas.

La exposición, recoge a bien la obra de artistas de una trayectoria destacada como son Mabel Poblet , Raúl Cordero, Humberto Díaz Pérez , Felipe Dulzaides , Luis Gomez Armenteros y Octavio Irving Hernández Jiménez , quienes han asumido el reto de la era digital y sucumben a las bondades de esta tecnología de la “cadena de bloques”. Indiscutiblemente más allá de crear otras líneas de su obra, en estas piezas se refleja el impacto de la virtualidad sobre sus ya acostumbradas expresiones artísticas. Pero esto es en mi opinión un acierto, pues evidencian una exploración consciente del horizonte de los NFT desde sus discursos artísticos. También responden a los intereses de coleccionistas, instituciones y del nuevo público al que deben seducir desde su obra artística, sin desconocer claramente las posibilidades de un éxito económico a tenor del “río revuelto”.

Esta exposición viene a emplazar a la institución arte. Cuando en varios epicentros de la vida cultural en el mundo, las galerías físicas han adoptado la posibilidad de exhibir esta nueva forma de presentar el arte, a su vez han tenido que asumir los conceptos de comercialización con medios de pagos a través de criptoactivos. No se concibe comprar un NFT con moneda fiat (moneda tradicional). Hoy nuestras estructuras no son capaces de asumir con igual rapidez ese cambio de mentalidad, para desarrollar estrategias de promoción y comercialización donde sea la galería y no el artista quien asuma la responsabilidad por todo lo que conlleva estos procesos. Mientras seguirán ellos, los artistas, batallando de cara al mercado, ahora virtual.

Más que aplaudir y agasajarnos en esta, bien organizada, muestra física de obras digitales, se impone seguirnos preguntarnos, ahora para el contexto cubano: ¿Cómo definiremos el criptoarte? ¿Cómo impactó la tecnología de los NFT’s en el trabajo de los artistas cubanos? ¿Qué adhesiones y rechazos ha generado? ¿Cuáles son las escenas y quienes son los protagonistas que se disputan este nuevo mercado? ¿Cómo se insertan estas obras en la genealogía del arte y tecnología en Cuba? ¿Qué impacto tienen en el sistema institucional y comercial del arte hoy en Cuba?