Roberto Chile

18.01.2018

Galería de Arte «Collage Habana»

Esta exposición hay que recorrerla en silencio, no por las buenas costumbres de una galería, sino por la atmósfera que genera. El espíritu de una raza está presente, una raza que se adaptó y sobrevivió. África vive en cada uno de los cubanos, pues aquí, quien no tiene de Congo, tiene de Carabalí como sentencia una máxima popular cubana. Y que mejor manera de demostrarlo que la fuerza de las imágenes que a lo largo de varios meses Roberto Chile obtuvo. Como él mismo afirma, en una travesía por casas, templos y almas, fue fotografiando escenarios rituales donde se mezclan la magia y el realismo de un pueblo digno heredero de las mejores tradiciones africanas.

Señalan los obbinus (pedazos de coco) en la tirada eyeife, respondiendo a la pregunta que se hace esta exposición ¿somos o no somos?, una respuesta clara. Con un sí rotundo que no necesita confirmación: ¡Somos! Estamos como pueblo, bendecidos por orishas, esos que desde África nos trajeron enseñanzas en la memoria de los awo, quienes lo dejaron todo en su tierra nativa, no trajeron nada material, todo lo que traían lo traían por dentro.

Roberto Chile nos recuerda esas raíces que nos hacen ser más cubanos. La fotografía, ya sea en blanco y negro o en colores, refleja esas relaciones entre los seres humanos, los rostros de aquellos que buscan refugio en la fe. En sus templos, de las más variadas religiones ancestrales, se siente la alegría de esos que comparten la energía de un ritual. ¡He ahí el poder de la imagen!!! Con el lente de su cámara nos sigue recordando aquella máxima martiana: «¡ay del que no tiene un poco de luz en su alma(…)»!

Coincido con las palabras de Chile, cuando apunta «(…) No soy lo bastante instruido en cada una de las religiones para poder decir con razón que pertenezco a una de ellas»; pero en esta muestra, Chile nos guía por los caminos de nuestras raíces africanas.