Exposición Refricare
Colectiva (Grupo La refriega )
30.03.2022
Instituto Superior de Arte (Zona Isa Cuba )
Estos videoastas jóvenes, todos de primer año del ISA, sorprenden en esta muestra. La curaduría que ha llevado a estos artistas a apostar todo por el videoarte, los ubica a todos como transgresores e intimistas. En cada una de las piezas se cuestiona a la sociedad y a los individuos, incluidos los propios artistas. Eso sí, no busquen en la gramática visual de esta exposición un hilo lineal, cada pieza es una nota individual, pero juntas son una obra armónica e interesante como pocas. Como arte procesual, el desarrollo de estas piezas habla de cómo estos artistas van incorporando a sus técnicas los nuevos lenguajes formales del arte contemporáneo, pero a estos le suman las experiencias emocionales de la interrelación espectador – videoarte.
El teatro de la facultad de artes visuales devino laboratorio experimental. Como sitio de experimentación, cada una de las piezas habla de la dimensionalidad del espacio reflejado en cada clip. Un hormiguero, un baño, un circuito cerrado de televisión son algunos de esos espacios. Interesante encontrar varias videos-instalaciones en este laboratorio, donde las fragmentaciones proyectadas en cada pantalla o monitor, el espectador se convierte en supervisor o vigilante de esa realidad.
Asumir el metalenguaje del video-arte, de la forma que hoy se muestra en esta exposición colateral de la Bienal de la Habana, ha sido una buena elección. Lograron que cada uno de los relatos audiovisuales propuestos fuera atractivo para un grupo amplio de espectadores amantes o no de esa manifestación. Hay sin dudas en cada propuesta la transversalidad de otras disciplinas artísticas dominadas y demostradas con anterioridad por estos miembros de la Refriega. Se reconoce además la presencia de la interacción de prácticas ambientales, comunicativas y visuales, dando lugar a una exposición con expresión amplia a través del formato audiovisual.
En un mundo colonizado por la cultura visual y en ocasiones lo “real” se escapa, estos amigos/artistas intentan capturarlo, reinterpretándolo y amplificando su significación a través del arte, gracias a esa inquietud creativa. Es entonces cuando al penetrar la sala oscura encontramos propuestas expresivas, con técnicas diferentes, y realidades (re)producidas en el medio visual. Creo entonces que además buscan crear o educar a un nuevo tipo de espectador, que sea capaz de entender esta actividad artística.
El ISA en esta ocasión ha dado protagonismo a estos video-artistas contemporáneos, a partir de los discursos estéticos que esgrimen (video-registro, video-realidad, video-ensayo y video-instalación) defendiendo los conceptos de cambio y renovación, pues nada es estático. El proceso curatorial, logrado sin lugar a dudas, confió en la producción compleja por los recursos técnicos que llevó esta exposición, y el resultado es bien recibido.