Exposición Cima / Sima
Colectiva
30.03.2022
Instituto Superior de Arte (ISA Cuba)
…en memoria de Juan Marcos Forhans
“el luto sigue a una pérdida realmente acaecida,”
S. Freud
La muerte, el dolor y el duelo por la pérdida de seres queridos, en este caso un amigo, esta vez son canalizados a través del arte, tal vez como un mecanismo de defensa para pensar este proceso de forma diferente. En la combinación de las piezas presentadas se siente la presencia de formas diversas de ver la muerte y como reinterpretarla, influencias de culturas occidentales y orientales toman forma en cada una de las instalaciones, que solo al amparo de la oscuridad son apreciables. Faroles chinos, origamis, velas, cajas de luz, esculturas, confesionarios, forman parte de maneras individuales y colectivas de estos artistas de asumir o negar la muerte del amigo.
Todos los objetos proyectan un simbolismo, su ubicación, su iluminación, la relación entre cada una de las obras. Al estar colocados en el suelo invitan a los espectadores a que participen en ella agachándose o poniéndose de rodillas para poder observar de una manera más detallada lo que contienen las cajas de luz, las formas de los origamis o las miniaturas de la maqueta. La obligatoriedad de la luz nocturna para abrir las puertas de la cúpula, las velas, y las luces artificiales enfocadas en puntos específicos, recuerdan la sacralidad de una iglesia antigua o los cultos ancestrales para venerar a los difuntos. Adicionémosle a estos elementos de la curaduría que no hay pie de obras a lo largo de la instalación (pues pudiera considerarse todas las piezas parte de una gran instalación), por lo que el visitante encuentra su lugar en la obra por simple atracción o por sentirse relacionado con uno de los objetos determinado.
Hay una investigación seria detrás de este environment se reconoce y se agradece. La polisemia de lecturas que pueden extraerse es impresionante. Esta muestra en ocasión de la 14 Bienal de la Habana intenta seguir, reflexionar y exhibir la relación del duelo con el trabajo de artistas contemporáneos jóvenes que produjeron estas obras para facilitar el camino a la recuperación espiritual. Desde el propio título que evoca a través de palabras homófonas, la contraposición entre los planos terrenales y celestes, en abierta alusión al destino final de los seres que amamos, la semejanza a constelaciones cuando desde lo más alto de la cúpula se observa la sala, todo responde a una acertada museografía y al objetivo principal, el eterno homenaje al amigo.
Salgo convencido que SIMA/CIMA es una exposición sobre duelo, muerte, arte y vida, y así lo reafirma el performance a la entrada a la misma, donde una de las amigas artistas le escribe una carta al amigo ausente, con tintas blancas como la esperma de las velas. A lo largo de la noche uno llega a la conclusión que estos artistas intentan desde su arte generar memoria.