Exposición Medio Milenio 500
Colectiva
11.03.2022
Bar-Restaurant Le Chansonnier
Un visitante no conoce bien una ciudad si no la ve a través de los ojos de sus artistas. En esa necesaria construcción mental de la ciudad moderna que los asombrados ojos de quien visita a La Habana intentan hacer, sin duda alguna se hace necesario apreciar, las representaciones artísticas de esta en la pintura, la fotografía, la escultura y otras tantas manifestaciones. Pues es ahí, donde la subjetividad prima que se descubre verdaderamente el paisaje urbano, las contradicciones de esa ciudad, sus significados y valores estéticos que junto a su gente son representadas en estas imágenes visuales. Entonces no sorprende que, para el medio milenio de esta ciudad, sus curadoras Mayda TG , Lia Milanes y artistas hayan combinado sus talentos en una muestra, que a pesar de llegar con retraso a la celebración –víctima de la pandemia- logra en mi opinión sus objetivos: celebrar La Habana desde los artistas.
A partir de la variedad de exponentes, técnicas y formatos, se descubre al recorrer las salas de este local –ahora adaptado para muestras plásticas y teatrales hasta que la situación vuelva a permitir su habitual empleo- que artistas como Alicia De La Campa Pak , Armando Recaman , Rafael San Juan , Humberto Monteagudo o Harold Marín , han encontrado en su Habana, la inspiración para representarla. Sus piezas hablan de las visiones personales según su generación, sus aspiraciones, sus simbolismos: el malecón, los edificios institucionales, sus símbolos. A su vez otros no ven en la Habana una escenografía más, sino que la representan viva y dinámica como es el caso de Adrian Socorro Suarez , quien haya en los protagonistas de la ciudad su fuente de inspiración logrando esa teatralidad que sin dudas nos acompaña en el día a día.
Algunos rompen lo tradicional y presentan en esta muestra conceptos novedosos, al menos para mí. Es el caso de Julio Cesar Imperatori que a través del digiscoping (es una técnica para la fotografía de la naturaleza y paisajes que se basa en adaptar una cámara de fotografiar o incluso un smartphone en un telescopio terrestre) busca representar su entorno, cambiando el punto de vista de cómo lo percibe. Es así que sus fotografías crean nuevos mensajes del diario bregar de los espacios de la ciudad, agregando nuevos significados mediante la representación de escenas reales pero reinterpretadas subjetivamente a través del lente. Por otro lado, encuentro nuevamente fascinante las fotografías del universo fractal no visible a la vista de objetos de Arian Irsula que me llevan a asociarlos a elementos indisolublemente ligados a la Habana, como es el Muro del Malecón. Dos dimensiones distintas, dos artistas distintos, solo en común el estar seducidos por su ciudad, foco de creación y desarrollo profesional de estos.
Me alegra saber que la curaduría no eximió a jóvenes artistas e invitó a Alejandra Oliva Oliveros , Manuel Lugo Rodríguez y Jorge Baró , todos perteneciente a una generación Post-It. Ellos con una mirada retadora, encuentran y reflejan en sus piezas las contradicciones de la ciudad moderna con la antigua, la necesidad de restaurar patrimonios y rescatar espacios perdidos. A través de esa mirada desprejuiciada, pasan de ser meros espectadores a ser sujetos activos en la vida artística de su ciudad, aportando entonces a la reconstrucción de la imagen, a cambiar con su obra la configuración hoy de esta.
Esta exposición en el marco de Bienal de La Habana , viene a ser una nueva manera de ver y mostrar la ciudad, de esos procesos artísticos de reconfiguración del panorama contemporáneo, pasando de la mera contemplación a la acción creativa. Sin dudas un bello homenaje a la Habana.