Exposición Disonancias estacionarias
03.03.2022
Basarrate Estudio
Open Estudio / 14 Bienal de La Habana
Cuando en 2019, la Bienal de la Habana abrió sus puertas a los Open Studio, creí que habían llegado para quedarse. En una ciudad donde faltan espacios expositivos cuando sobran buenos artistas, la posibilidad que brinda esta modalidad de exposición debería ser más que una voluntad personal de los artistas y sí un reclamo de la institución. En aquella ocasión incluso existió un programa colateral (mapa incluido) que facilitó conocer artistas y espacios de un nivel increíble, incluso mejor que algunas de las galerías del circuito no comercial que existen en nuestros municipios. La presente edición de la Bienal de la Habana -quiero culpar entonces a la pandemia- padece de estas ausencias, aunque no toda la culpa deberá ser cargada por el Covid. Cuando ya la pandemia ha demostrado habernos dejado respirar, considero entonces es hora de que surjan estas opciones, que ayudarán a visibilizar que la Habana esta de Bienal.
Un ejemplo ha sido hoy visitar el open Studio de la artista del lente Daylene Rodríguez. Ella aprovecha la oportunidad para presentar un resumen de su corpus fotográfico, haciendo énfasis en los últimos meses de su obra y el ineludible impacto de la epidemia sanitaria y su efecto en sociológico a través de las imágenes de un país. La mirada de Daylene está sin duda permeada por su origen no citadino; a través de la visualidad de su obra se encuentran las huellas de aquello que la marcó y que intenta representarlo en cada obturación del lente. En una especie de declaración personal, cada imagen está cargada de una fuerte simbología, los niños y los ancianos son esas líneas conductoras que nos van revelando pistas de su subjetividad en lo visual.
En un reciente debate en redes sobre el autodidactismo, su valía o no, recordaba a muchos artistas que a través del esfuerzo personal y voluntad de hierro enfrentaron muchos cánones para imponer su talento, una de ellas es Daylene. Con su cámara como arma de resistencia, ha creado una carrera artística de meritorio reconocimiento, al punto de tener presencia en varias de las ediciones de la Bienal de la Habana y otras tantas exposiciones tanto en Cuba como en el exterior. Es por ello, que descubro el orgullo en esta ocasión de puertas abiertas, pues en una zona especial están abiertos los catálogos y otros textos que vienen a evidenciar su evolución como artista. En un recorrido rápido por las diversas series que ha trabajado, hay sin negarlo un servicio permanente a la creación visual y a la consolidación de un discurso sociológico a través de la imagen.
La mirada femenina de esta artista –con un trabajo interesante además en la fotografía comercial- no refleja un estilo generacional ni estereotipado, sino que hay un estilo muy personal. Sus experiencias (personales y sociales) al irse a recorrer ciudades y campos, tal vez intentando atar nudos de su historia con la nueva realidad, le da a su fotografía un verdadero carácter de autor, y la coloca entre algunos de los exponentes hoy de esa línea en nuestro país, en mi modesta opinión. Las creaciones más recientes, y el abordaje de elementos como la luz, la espiritualidad a través del objeto/sujeto fotografiado y la composición de las escenas, son aspectos que permiten afirmar la poética visual que le acompaña y la presencia espiritual de lo bello en esos encuadres y momentos decisivos que captura.
Enhorabuena por tu aceptación en el ISA para seguir creciendo en tu obra.