Exposición Más de lo mismo
Colectiva
26.02.2022
En palabras sobre la muestra “Más de lo mismo”, su curador y partícipe también Jorge Pere Sersa escribe: “¿Qué intención guarda entonces nombrar de esta forma una exposición que se pretende artística? ¿Por qué situarnos en un espacio que se aleja del cubo blanco, que lo niega de todas las formas posibles?(…) Sobre estas cuestiones nos movemos haciendo Más de lo mismo: otro grupo de jóvenes con demasiadas palabras y silencios en la boca; otro puñado de “obras” (si se me permite el término) redundando en el albedrío posmoderno entre citas a Beuys, Weiner, Kosuth, Gabriel Orosco y Kcho; otra curaduría como un disco de vinilo “rayado”.
Es, por tanto, que mi mirada esta vez no irá sobre la obra de los artistas presentes (Mario Albarello, Abel Izquierdo , Andy Mendoza del Castillo , Leandro A. Pérez Pérez , Harold Ramírez Veliz , Alejandro Rodríguez, Rosmery Sanabria Martínez y Ariel Santos), sino sobre esos hilos que las entretejen y hacen -en discrepancias abiertas – algo diferente y no más de lo mismo.
Peré, ya viene acostumbrándonos a sus procesos curatoriales, ejemplos recientes son la exposición Iroko Moforibale con Gaby Pez y los ejercicios Puzzle en sus dos ediciones –física y virtual-; todos con una característica que los define: la recolocación de la estética fuera de lo que tradicionalmente se espera en una curatoría. Siendo entonces las experiencias vividas en estas ocasiones como algo novedoso. Este joven curador cuestiona entonces en cada ejercicio de creatividad la autoridad, y la eficacia de la práctica hasta ahora conocida, por lo menos de mi parte, en las exposiciones en espacios legitimados. Y esta muestra de hoy lo viene a reafirmar, al descubrir en la colocación de cada una de las piezas escogidas, esas relaciones dialécticas que existen entre obra de arte-público, público-espacio expositivo y espacio-obra de arte.
El mismo balance entre los artistas hoy presentados, algunos muy jóvenes y otros con una obra ya conocida, me refuerza el criterio de que Peré reinterpreta en su esencia aquellas funciones que como curador/hacedor tiene hacia el proyecto además del sentido de responsabilidad con la visualidad de las obras. Imagino que la irreverencia propia de los jóvenes hoy aquí encontrados combina a la perfección con las ideas de rompimiento de su coordinador.
Alrededor de “Remolino”, pieza centro de la muestra con amplia influencia de la obra de Kcho, se van recolocando para nada al azar el resto de las obras. En las ideas -que de seguro surgieron del diálogo entre todos- se nos pone a los visitantes al límite en los niveles de conocimiento y comprensión, obligándonos a revisitar cada obra, dialogar con los artistas, discrepar; todo esto es sin dudas un proceso buscado en la curaduría: resaltar la significación de cada pieza. La producción artística, tarea compleja es asumida con la misma intencionalidad que la propia curaduría por eso son salvables algunos detalles que para nada inciden en el valor colectivo de la muestra ni en la fuerza del discurso en general.
En mi opinión, muchas veces los focos de atención se dirigen al (los) artista(s) y se olvida el trabajo del curador que está ahí, legitimando con su firma intelectual el trabajo artístico de otros. Las acciones más allá, desde la coordinación, producción, comisariado, los textos complementarios etc., son sin dudas en ocasiones olvidados en el momento del opening. Sirva pues este texto, a través de la figura de un joven crítico/curador, para hacer extensiva mi admiración a todos los curadores que a lo largo de estos años han hecho posible tantas exposiciones y momentos de lujo.