Exposición A río revuelto
Colectiva
25.02.2022
La Bienal de La Habana , ha devenido en un río revuelto, donde muchos pescadores han tenido ganancias. La visibilidad que brinda un evento como este, y la apertura que ha dado para incluir variedad de proyectos, algunos muy buenos y otros no tanto, ha sido filón de oro para varios. Tal vez en contraposición a esto es que la exposición «A río revuelto» viene a ser una crítica velada a este refrán. Presentando una nómina renovada, como una nave, abre la Galería Servando sus velas y entra a navegar en el «río» y lo surca junto a esta joven tripulación de artistas, algunos ya curtidos en el bregar por el arte contemporáneo cubano y sus riscos, cascadas, rápidos y cuántos accidentes geográficos caracterizan la peligrosidad de este mundo artístico. Nombres como Linet Sánchez , Kmilo Morales , Miguel Alejandrol Machado Suarez , Laura Carralero , Henry H. Crespo Enriquez y la más reciente incorporación el escultor Gabriel Raul Cisneros Baez , van augurando en el devenir de esta galería interesantes exposiciones y éxitos seguros.
Esta vez el equipo curatorial de la Servando, viene a defender un concepto moderno: el Cubo Blanco -a pesar de que la propia arquitectura del espacio a veces atenta contra el mismo-. En ese interés plausible de fortalecer la comunicación entre las obras y el espectador, han diseñado la ubicación de estas de tal manera que cada pieza adquiere una mayor narrativa dentro del espacio. Cada obra, en ese discurso propio que se logra, no interfiere con el resto de las presentes, pero aun así se logra una interesante y equilibrada armonía entre ellas. La simplicidad – ojo, no simpleza- hace increíblemente que la atención vaya dirigida a la pieza que uno escoja haciéndola lo más importante de la sala en ese momento. Ya sea la fotografía de Linet o la escultura de Cisneros, la proyección de Machado, la instalación de Crespo o los lienzos de Kmilo y Carralero. Cuando el punto de atención se centra en ellos, es como si desapareciera el resto de la sala. Solo al mirar en recorrido panorámico, es que encontramos los puntos coincidentes en el espacio.
Ese necesario contacto y complicidad con las obras se disfruta en esta muestra. Subir o bajar las escaleras que propone Linet en su obra S/T (escenario), sabiendo la complejidad de los procesos de producción que lleva todo su trabajo, es una experiencia visual interesante. La simbología en la obra de Crespo «La muerte de un soldado», donde cada pieza de óleo montada va creando una idea de multitud, a tenor con los tiempos que estamos viviendo. Frente a esta la proyección visual de Machado, quien sorprende con esos estudios con la animación progresiva partiendo de óleos sobre cristal, rompiendo esos esquemas de grandes formatos en lienzo. Cada pieza de las escogidas, fue acertada en mi opinión.
Se agradece la intervención del diseño en la promoción de la exposición. Tarjetas diseñadas por el equipo creativo de Masconque_Diseñocubano permiten llevarse a casa en una especie de catálogo cada una de las obras expuestas, acompañadas por las impresiones textuales de sus creadores. Sin dudas un plus que se lleva las palmas en épocas donde se impone el coleccionismo.
Esperemos estos procesos curatoriales y museográficos sean replicados, y esa máxima que reza: «más no siempre es mejor» sea interpretada, no solo por galerías sino por todos los que tienen un rol dentro de una exposición.