Exposición Desde otra óptica

Colectiva

11.02.2022

Palacio de Lombillo

Luego de ser presentada esta muestra en noviembre del pasado año en Mérida llega Cuba. Confieso que me hice la idea sobre la muestra que sería al estilo de otras exposiciones internacionales que, bajo el pretexto de reinterpretar obras existentes en los fondos de museos o colecciones, los fotógrafos crean obras nuevas. En esta ocasión, la curadora de la muestra dio absoluta libertad a los creadores convocados y estos tomaron dos caminos reconocibles. El primero, la reinterpretación y apropiación de elementos de la pieza original sin apartarse demasiado de esta, originando una fotografía nueva. Y el segundo, responde a la posibilidad de revisar obras fotográficas anteriores y replantearse los puntos de coincidencias con obras de la colección permanente del Museo Nacional de Bellas Artes Cuba . Ambos caminos son acertados, aunque en mi gusto personal prefiero recorrer el primer camino, por las experiencias que produce crear algo nuevo bajo el influjo de la inspiración.

Para los artistas del lente, que en revisión de sus trabajos anteriores encontraron esos puntos de coincidencias, les aplaudo esa capacidad de reconocer los lenguajes y protagonistas presentes entre ambas disciplinas, la fotografía y la pintura. Algunos como Jose Marti con su pieza “A contra vuelo”, 2010, que describe la experiencia de compartir noches y caminos con los furtivos cazadores que apreciaban la belleza de las aves, sintió las mismas emociones que Mariano cuando descubrió la belleza de la “Mujer con pajarera” en 1940. O la impresión de la escena retratada por Raul Cañibano en 1999, que salvando la distancia respondía tal vez a lo sentido por Carlos Enriquez cuando pintó sus “Campesinos felices” en 1938.

Aquellos que recorren el primer camino, tal vez el más complejo, buscan expresar a través de estas obras, el diálogo que existe entre la pintura y la fotografía hoy a pesar de las diferencias que tienen entre sí. Dos artistas se llevan mi atención, ambas mujeres. La primera es Ira Kononenko , quien inspirada en la pieza “Helechos” de Amelia Peláez, utiliza una técnica conocida como fotografía por contacto (proceso intermedio entre la toma y el positivado) para crear una obra homónima a su inspiración. Esta artista ahora mira el mismo objeto que Amelia, pero desde el punto de vista fotográfico, y crea en el espectador sensaciones varias como el propio cuadro referenciado. En el caso de May Reguera , quien rinde homenaje a la pieza “Virgen de la Caridad” de Roberto Diago Querol de 1946, logra con su refinada técnica y destreza mantener la misma gama cromática de la pieza original y el halo onírico o sagrado de la escena en “La Caridad”. Diago Querol en esa pieza buscó representar a la deidad femenina con su estilo e inspiraciones de la época. Hoy May, desde el autorretrato, nos humaniza a la diosa maternal y nos la acerca. Logra entonces apropiarse esta fotógrafa contemporánea, del espíritu de la pieza.

Volviendo a los caminos tomados por artistas del lente como Ossain Raggi , Leysis Quesada Vera, Harold Vázquez , Alain Cabrera Fernández, Néstor Martí Delgado o Glenda Salazar , junto con los mencionados anteriormente, todos conducen a un mismo final, rendir homenaje a las obras y artistas seleccionados pertenecientes a la colección del MNBA y una vez más presentar el potencial de la fotografía para educar al público.