Exposición Al amparo del dador
28.02.2022
Palacio de la Revolución
Se nos fue Rancaño. En casi cinco años de visitar exposiciones y galerías tuve la oportunidad de reseñar tres muestras personales de él. Las Galería de Arte Villa Manuela y Galería ARTIS 718 fueron su casa, y en la 13 Bienal de la Habana el Museo del Ron Havana Club nos dejó boquiabiertos. La obra de Rancaño me ha impresionado siempre, la sencillez de su trabajo, el uso de colores, la simbología siempre.
Recuerdo que la primera vez que me acerqué a su obra fue a través del catálogo «La carta que nunca escribí» y una pieza instalativa con fotografía junto a Mabel Poblet. Desde ese momento me declaré fanático de su obra y así se lo hice saber en los varios momentos que compartí entre expo y expo con él.
Hoy leí los adioses a él, y todos coincidían en la imperecedera esencia de su obra. Cada dibujo, cada lienzo, cada instalación, cada obra salida de sus manos lo harán recordar siempre. La vida le dio la oportunidad de ver su última gran exposición, entre las paredes del Palacio de la Revolución. Un presagio tal vez, por el carácter intimista que el ambiente del lugar le da a cada pieza escogida, ubicada en el lugar exacto, con la luz precisa. La naturaleza que nunca le abandonó ahora acompaña a su Martí eterno, a sus zunzunes, a la bandera que defendió por encima de todo.
Yo me quedo con esa imagen, con su estilo, con su forma de ser “necio” al estilo de Silvio. ¡Gracias por tu luz Rancaño…nunca se apagará!