Exposición Núcleos

Colectiva

12.01.2021

Galería Luz y Oficios

¿Quiénes somos? Somos individuos de una nación, donde la memoria y la historia nos han dado una identidad. He ahí los ejes que nos definen como cubanos, y a su vez el let motiv que une a los artistas de esta exposición.

Cuando algunos no encuentren los puntos de conexión entre generaciones tan separadas en el tiempo como son las del Maestro Eduardo “Choco” Roca Salazar, la de Tamara Campo Artista Visual Cuba, Sándor González Vilar, Rene Peña“Pupy” o Raul C. Camacho “Memo” con la de jóvenes artistas como Alejandra Oliva Oliveros, Manuel Lugo Rodríguez, Andrey Quintana, Arian Irsula, Enrique Wong Diaz, Humberto Monteagudo, Liesther Amador y Reinier Nande, solo habrá que explicarles que sus discursos artísticos se complementan en ese sagrado deber del arte de defender la identidad nacional de un país. Ellos forman parte de ese “núcleo de magma efervescente” que metafóricamente -alegoría a la función del Núcleo terrestre- genera la protección necesaria a su nación, a la memoria, a la historia y al individuo frente a tantos factores externos.

La identidad se construye y eso se hace imposible sin la memoria. Sobre esa tesis varias de las piezas discursan sobre la construcción de la misma a través de la influencia (o el olvido) del individuo sobre lo que le rodea. Por eso se encuentra la instalación “Campo_Amor” y las fotografías intervenidas “Las 58 diferencias” donde Monteagudo y Nande señalan ese paso del tiempo y como los citadinos van modificando las estructuras “sociales” -teatros y hoteles- que a su vez fueron memoria e historia de la “identidad del habanero”. Ambos logran ese efecto en el espectador que solo ocurre al ver el paso del tiempo en un solo lugar. Mérito al trabajo de investigación de cada objeto seleccionado, al punto de no únicamente hablar del paso del tiempo o del deterioro sino de la vida que surge y reemplaza, dejando huellas.

La relación presente, pasado, futuro, en la historia del individuo y en su memoria, son tocados de una manera sencilla pero emotiva por Tamara. Ella a través de “45 días” donde recuerdos de escuelas al campo, ahora en medio de una situación excepcional pudiera ser asociados a los aislamientos en medio de una epidemia. Restringida de experiencias presentes, me atrevo a decir que su memoria reinterpreta las pasadas y las utiliza esta vez mediante esta expresión artística. Estas memorias individuales o colectiva -componentes clave de nuestra identidad como individuos o como nación- son tomados en igual medida, esta vez dos artistas. Andrey Quintana, con su peculiar estilo de la serie “Rebaño”, y Memo en “Fractura” reinterpretan esas memorias dolorosas de la emigración que han dejado huella en nuestra nación. Sus obras son ejemplo de cómo nuestra gente ha desarrollado esa capacidad de mantener registros del pasado de una manera menos dolorosa y de fácil acceso a las experiencias acumuladas.

La memoria colectiva, los procesos de memorización y de recuerdo en grupo a lo largo de la historia escrita a través del tiempo, tienen presencia en la obra que Wong viene realizando. Sus “regulaciones urbanas” hablan de como un elemento de presencia diaria puede representar un marco social para esa memoria colectiva, convirtiéndose en el reflejo de la historia de ese individuo y de su nación. A su vez Irsula emplea ese recurso artístico que es la metáfora y en su obra juega con la subjetivación -empleado la abstracción- para enfocar un aspecto muy propio de nuestra nación: la capacidad de no dejar de soñar.

Una exposición de la que mucho puede decirse, pues, toma esos conceptos, como núcleos para aglutinar a artistas y público en un proceso de creación de sentimientos de pertenencia a algo superior al individuo: el arte y la nación.