Abel Ramírez Massot
01.06.2017
Galería Hotel Habana Libre
Escuchar sobre «la lógica de la humanidad» rápidamente dirige mi mente a esas clases de filosofía, donde el ser humano intentaba responderse a sí mismo: ¿cuál es mi lugar en el mundo? Y mientras se debate en esta pregunta existencial, su rostro va transitando de una actitud a otra. Este movimiento expresivo es captado en los lienzos de Abel Ramírez Massot.
Como buen escultor, sus modelos, esta vez sobre lienzos, van en un proceso de metamorfosis de un rostro a otro, a veces irreales, pero de una potencia expresiva impactante. El discurso de estas caras, obligan al espectador a como, en una obra de teatro de un solo acto, seguir el monólogo del actor, que expresa las emociones del personaje a través del rostro, más que con la palabra misma.
Abel se me antoja el personaje que busca su sitio en la humanidad, y por ende trata de encontrarle la lógica. Se mira al «espejo» que son sus obras, y estas se convierten en esa vía de doble sentido que es la perspectiva propia, como nos vemos y nos ven. Estas reflejan a un artista con una tremenda carga sensible en su quehacer, influido por hábitos y emociones. Impactado en su estilo, la agrega a su obra una carga informativa, que habla de su hoy como persona y como artista.