Daniel Rodríguez Collazo

01.04.2017

Galería Casa 8

Daniel R. Collazo le escribe a la Luna. No a ese objeto inmóvil en la inmensidad de la noche, sino a la cómplice de sus desvelos, haciendo lo que más le gusta hacer: dibujar.   En esta exposición, el artista reinterpreta esos diálogos con ella, donde edificios, esculturas y seres traídos de leyendas griegas forman parte de ese cosmos en el que solo somos una ínfima parte. Se apodera de él una sensibilidad enorme y emocional de saberse pequeño en el universo. Y a ella, le cuenta su visión de cómo este mundo que hemos creado pudiera terminar en el espacio, como reducto final de su existencia.

La realidad creativa de este joven se me antoja estudiosa de teorías científicas de la gravedad y la relatividad, cómo si desafiara al genio creativo y científico de Newton o Einstein. Y es que estos óleos -con una base fuerte de dibujo- involucra arte y ciencia, por la manera de superponer los objetos en la inexistente atmósfera de la Luna o la suspensión en el espacio sin gravedad de un sinfín de objetos.

«Cartas a la Luna», -interprétese cada obra como una misiva a ella-, está cargada de simbologías. Una especie de puntos de encuentro entre arte y astronomía, que es ese, sin dudas, el lenguaje que ella entiende. En cada carta se expresa el mundo externo y el universo interno de Daniel.  La Luna se enamora de ellas y le devuelve su afecto a este artista, dándole nuevas noches de luz para seguir escribiendo sobre el lienzo.

Daniel entiende el reto de seguir escribiendo estas cartas. Y se esfuerza a través del dibujo en hacernos comprender, a los curiosos que buscamos en sus cartas, los fenómenos astronómicos que rodean el espacio de ese astro, de una manera visual. Él seguirá escribiendo, ella leyendo y nosotros con él.