Exposición Ni las rosas ni los nidos

Colectiva

16.03.2023

Casa Víctor Hugo

«Les conseils du ciel immense, / Du lys pur, du nid doré, / N’ôtent aucune démence / Du coeur de l’homme effaré»

Siempre preferiré la poesía en el idioma original en la que fue escrita, pues “el traductor tiene que ser en su lengua tan esmerado, nuevo y feliz como el autor lo fue en la suya” como señalara Martí. Quizás sea por eso que al leer la traducción del poema «Liberté, égalité, fraternité» de Víctor Hugo, realizada por José Antonio Calcaño, de donde surge el título de esta muestra, y luego releer en el francés original, la frase “Ni las rosas ni los nidos” se me vuelve vacía, casi sin contexto, y todo lo que le rodea empieza a carecer del sentido inicial declarado en el texto de la exposición.  A esto le sumo, que en el mismo texto describe que la muestra busca que los artistas encuentren inspiración y reinterpreten los textos —poemas y otros textos literarios—, pero a la vez se les condiciona —a los mismos artistas— al respeto a las palabras de Víctor Hugo. A esto, solo antepongo las propias ideas de Víctor Hugo, cuando en su obra “El Arte y la revolución” señaló que el arte debe ser accesible a todas las personas y no solo a una élite, y que la libertad de expresión es esencial para que el arte cumpla su papel en la sociedad. Circunscribirse a la obra poética de Víctor Hugo, como declaran las propias curadoras, es un buen punto de partida para tejer los hilos curatoriales de la muestra, pero a la vez también se limitan, en mi opinión, las posibilidades de dar mayor base conceptual —apoyada en la vastísima obra de Víctor Hugo- a algunas de las piezas escogidas para la ocasión.

Reconozco algunas piezas que son preexistentes a la idea de la exposición —algo que no se declara en la museografía, pues el pie de obra de las piezas no muestra el año de creación, información que ilustraría mejor la tesis que señalo—, por tanto, no son consecuencia o provocadas por la seductora idea de inspirarse en la obra de este escritor. Desconozco si la totalidad de los artistas buscaron los textos de donde fueron extraídos los fragmentos que acompañan las piezas. En algunos es reconocible la influencia del contexto literario que acompaña o soporta la pieza.

Me atrevo a aseverar que Aldo Soler, a pesar de tener concebida la instalación “Yagruma” como una obra desplegada por toda la habitación y que el público interviniera con ella, asume que “Cadáver” —fragmento asignado – describe un cadáver que ha sido abandonado en la calle, y que representa la mortalidad humana. En el texto el cadáver yace en la calle, expuesto a la vista de todos, y puede ser interpretado como una llamada a la reflexión sobre la mortalidad y la importancia de la vida. El poema invita al lector a considerar la brevedad de la vida y la necesidad de vivir plenamente, mientras se tiene la oportunidad. Los montículos de hojas de almendro intervenidas, delimitadas en cajas de madera, logran la misma imagen sombría del poema, pues al igual que en los versos, la vida continúa a su alrededor, sin que nadie se inmute.

En el caso de Rolando Galindo, su serie de fotografías “Pienso líquido”, que evidentemente no está inspirada en la trama de la historia bíblica de Rut y Booz que describe el poema “Booz dormido”, si me permiten asociar esa serie de imágenes a uno de los momentos clímax del texto. Las fotografías captadas en ese momento del día donde el sol va descubriendo estructuras añejas luego de la larga u oscura noche, las asocio con los versos finales, donde el poema culmina con una imagen poética de la luz del amanecer, que simboliza el despertar de Booz y el inicio de un nuevo día. Esta imagen también representa el despertar de una nueva relación entre Rut y Booz, y la posibilidad de un futuro juntos, luego de una serie de imágenes poéticas para describir el ambiente nocturno y la atmósfera de misterio que rodea a los personajes.

Más que el poema “Aparición” a la obra de Harold “INRI” y “A mano con amor”, le hubiera asociado otras obras literarias. Víctor Hugo fue un gran defensor de la arquitectura y del patrimonio histórico, y luchó por la conservación de monumentos y edificios emblemáticos. En su novela «Nuestra Señora de París», también conocida como «El jorobado de Notre Dame», el protagonista es el emblemático edificio de la catedral de Notre Dame, que Hugo describió con gran detalle y pasión. La obra de Víctor Hugo contribuyó a una mayor conciencia social sobre la importancia del patrimonio arquitectónico y la necesidad de su preservación. Estas ideas jugarían mejor con la casual estructura arquitectónica del espacio de la muestra, y la ubicación de ese objeto de uso funerario, intervenido por el artista. Asevero esto, pues en el poema, Hugo describe la aparición como un evento mágico y misterioso, en el que la mujer se le presenta como un recuerdo del pasado, pero al mismo tiempo como una presencia real y tangible. El autor evoca los sentimientos de amor y nostalgia que siente al verla, y describe cómo la imagen de la mujer lo transporta de regreso a su juventud y a los momentos felices que compartieron juntos. Tal vez ocurre esto, pues en el extracto del poema escogido no puede entenderse la idea central, si no se lee íntegro el texto.

Resulta interesante la asociación entre la obra “Primer discurso” de Andy Mendoza, una de las piezas preexistentes a la muestra, pero que a los efectos del concepto curatorial coincide la idea con los argumentos del texto acompañante. La instalación, que pudiera describirse como un objeto envuelto en vendas o gasas, logra hacer alusión al discurso «Guerra a los demoledores» pronunciado por Víctor Hugo en 1832 en la Cámara de los Pares de Francia, en el que denuncia la destrucción de los monumentos históricos y arquitectónicos de París que se estaba llevando a cabo en esa época. La crítica dura a los responsables de la destrucción de los monumentos, a quienes Hugo califica de “demoledores”, y los acusa de ignorancia y de actuar en beneficio propio en lugar de en interés de la comunidad, es sutilmente representada por el estado precario que muestra la pieza, cuyas texturas y colores así lucen. Para Víctor Hugo, los monumentos no solo tienen un valor estético, sino que también son un testimonio de la técnica y la habilidad de las personas que los construyeron, algo que pudiera decirse de los actuales artistas y sus obras.

El arte textil de Noslén Argilagos –sirva señalar para corregir el pie de obra que reza “Argigalos”—, me recuerda mucho a Penélope y su propia odisea. No oculto que la pieza “Brezo en flor” es de mis preferidas en la muestra, pues capta el espíritu de “Mañana al alba”, donde el uso del color rojo, la simbología de la imagen tejida, la pequeña dimensión de la pieza y otros detalles combinan con la idea descrita por Hugo al describir el encuentro amoroso que tiene lugar en un sitio tranquilo y apartado al amanecer. A lo largo del poema, Hugo reflexiona sobre la naturaleza del amor y la importancia de los momentos compartidos con la persona amada. También destaca la fugacidad del tiempo, la impermanencia de las cosas, y cómo el amor puede ser una forma de trascender lo efímero, esto puede valorarse en la selección de la técnica y el material por la artista. El brezo, pudiera ser fácilmente parte de los detalles del paisaje enunciados en el poema, donde no faltan la hierba fresca y el rocío sobre las flores.

Así, a lo largo de la muestra, pudieran describirse piezas que tiene o no una influencia o que se hayan inspirado en la obra de Víctor Hugo. Más las segundas que las primeras, pero es resultante de ese proceso curatorial que debe ser claro en las ideas, para exponerlas a los artistas participantes y convencerlos del proyecto. Los espacios escogidos son la tiranía de las exposiciones, por eso dominarlos es un reto continuo que más que voluntad es constancia. Este por sus características hace que piezas se pierdan en el espacio, otras no se integren a la muestra, así como el uso de soportes varios, invisibilicen otras. Pero es lo interesante de los proyectos, y más los nuevos: arriesgarse y aprender.

Y nunca olvidar lo dicho por V. Hugo: «El arte no es un espejo para reflejar el mundo, sino un martillo con el que golpearlo».