#hablandodemercadodearte

Recién leía esta mañana una publicación de un artista en redes sociales, algo así como (parafraseando) que éramos un país sin coleccionismo privado adecuado y sin adquisiciones estatales para un uso social, público o cultural interno del arte, donde además no existen efectivas gestiones comerciales para las visiones artísticas no fabricadas según matrices mercantiles en boga, solo porque sus piezas no se han vendido. Leer esto cuando pocas horas antes el Fondo Cubano de Bienes Culturales, a través de la Galería Collage Habana, acababa de realizar un evento como “Collage: expo-venta”, me parece que es desconocer el esfuerzo que hoy la institución arte realiza en tal sentido. Si bien es cierto que con motivo de la pasada Subasta Benéfica hecha en México, señalé lo que en mi opinión eran «detalles» que derivaron en un resultado menor del esperado, en esta ocasión me levanto de la silla y aplaudo lo que se hace.

En un evento, efectuado a puertas cerradas, para evitar lo que usualmente pasa en este tipo de acontecimientos sociales, hubo muestras de ese marcado interés que la dirección de Collage Habana ha venido mostrando por posicionarse a la vanguardia de la gestión de promoción y comercialización del arte cubano en general. Cuando otras instituciones apuestan por la generación de ingresos por otras formas de comercialización, Collage Habana reconoce que su objeto social es este y no otro, y cierra filas en tal sentido. Si bien es cierto que cambiar mentalidades es complejo, poco a poco va cambiando empezando por los jefes, como dice Calviño, y eso vale la pena. Reconocer que la esencia de una galería es la relación con sus artistas, y que solo mediante este tipo de acciones se fortalece la relación tan debilitada de ellos con la institución, es sin dudas el mayor mérito de este evento.

Las experiencias de México, sirvieron para repensarse las ideas. Cierto es que estamos lejos aún de tener las condiciones idóneas para una subasta de arte real, por lo que modificar la concepción original y derivar en un evento de este tipo, fue acertado. La selección de piezas y artistas responde lógicamente a las relaciones que en los últimos tiempos se han desarrollado con un núcleo de artistas jóvenes en su mayoría, lo que representa un paso de avance indudable, más y cuando se exige por algunos sectores mantener la presencia de los consagrados de siempre. Apostar por las nuevas generaciones en este espacio, fue lo que sin dudas dio los mejores resultados.  La muestra más fehaciente es que la presencia de la artista más joven, Daniela Águila, rompió el hielo del evento con varios intereses sobre la bella pieza Frágile, de 2022. Siendo adquirida finalmente por uno de sus coleccionistas más fieles, que no titubeó ante el precio de la pieza, avalado por la trayectoria de mercado de esta artista mujer joven. Sobre la serie que viene trabajando pronto habrá que escribir.

Pero poner a dialogar jóvenes emergentes con artistas consagrados tiene sus riesgos. A no pocos de la decena de representantes del cuerpo diplomático presentes, les vi consultar discretamente las páginas de Artprice, Artsy y otras plataformas que registran los precios de mercado de los artistas. Y el criterio ante piezas de algunos artistas derivó en el cuestionamiento o respaldo de los precios que ahí se exhibieron. No es igual que consulten precios para artistas como Kcho o The Merger, quienes los resultados del pasado acreditan las cifras resultantes, que revisen para artistas, que inclusive no tienen presencia en el mercado internacional y mantengan cifras muy por encima de un artista emergente a nivel internacional. Este cascabel que ningún gato quiere ponerse es un asunto pendiente, que solo espacios de diálogo con el mercado podrán responder. De igual forma, servirá para responder a otros artistas esas preguntas sobre por qué no se vende arte en Cuba. Los parámetros de comparación están a la vuelta de un clic.

Otro elemento que me resulto peculiar es el público al que se orientó este evento, cuando el espectro pudo abrirse mucho más, incluyendo tanto a empresarios de las nuevas inversiones que se realizan en el país como al sector emprendedor o como viene a denominarse, las nuevas formas de Gestión no Estatal. En otros espacios de la Habana, donde se han generado interacción entre estos sujetos y las artes visuales, he sido testigo presencial del marcado interés de acercarse al mundo del coleccionismo privado, y ya poco a poco se va pensando el arte como una forma de inversión a largo plazo. Si no, dense una vuelta por los nuevos hostales, restaurantes y otros negocios que exhiben orgullosamente piezas adquiridas directamente en los estudios de los artistas. Eso es un punto a pensarse.

A diferencia de México, en esta ocasión se hizo un catálogo diseñado especialmente para la ocasión, donde se echa de menos, eso sí, de un índice de artistas para ubicar mejor las piezas. Catálogo de arte al fin debe llevar su propia curaduría y jerarquización en correspondencia de los intereses del evento. El diseño me recordó mucho a la identidad visual del evento Post-It. En cierto sentido, esto como que equipara los eventos y para nada tienen que ver. Incluso la invitación y la postal responden a ese esquema visual. Creo que es momento de diseñar una identidad propia para este evento, si es que quedará ya como evento oficial del Fondo, que lo defina. Resulta interesante que en dicho catálogo no se recojan las esculturas, antigüedades, humidores que en la sala se exhibieron.

Todo esto responde a esa necesaria estrategia de comunicación que debe acompañar a un evento de esta naturaleza. Tanto el material promocional, como la propia página web diseñada para el evento debe estar alienados con ella. Esta última, la web, me pareció bien diseñada, respondiendo a las pautas digitales que internacionalmente se practican. Aunque funcionalmente el hecho de que el cliente deba gestionar la compra a través del mail, a pesar de estar público el precio, me hace pensar que no es una plataforma de comercio online/electrónico, sino una “vitrina” de promoción. Cosa que no queda clara en la presentación de la web.

Todos estos aspectos son, en mi opinión, motivos de orgullo entre quienes han organizado el evento. Porque más que detalles, son el reflejo de que se está trabajando. No por gusto señalaba Cervantes a través de la voz de Don Quijote: “ladran Sancho, porque cabalgamos”. Y ese es el espíritu de estas líneas, no es criticar (porque no soy crítico) sino reconocer el mérito de tamaña empresa, que tiene en contra muchos factores, económicos (la relación 80/20, los regímenes tributarios no estimulantes y la tasa de cambio 1×24 empresarial), políticos (el constante ataque contra los artistas que se mantienen trabajando con la Institución Arte), filosóficos (ser un artista de mercado o no). Al punto de que en un momento como este, de paso de avance en materia de gestión y comercialización, haya habido tan pobre acompañamiento de quienes fustigan cuando no se avanza. Se agradece el apoyo de Patrimonio, pues este es sin dudas el patrimonio que debemos fomentar con su adecuada protección.

Una noche de esas que vale la pena dejar presentes en el imaginario del potencial mercado de arte. Por esto es que debemos seguir hablando de mercado de arte.