Exposición Joyas robadas (el que entendió, entendió)
José Angel Toirac Batista
14.12.2022
Galería Acacia
Toirac es uno de esos artistas que siempre se reinventa, no por gusto ostenta la condición de Premio Nacional de Artes Plásticas. Dicho sea de paso, se extraña no contar con un voluminoso catálogo de su obra, muy común entre otros que poseen igual reconocimiento.
Cuando el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales lo incluyó con la pieza “Joyas robadas” en la muestra “Donde existo en paz, habito”, el propio artista señalaba: “Disfruto mucho explorar las reglas bajo las cuales es posible aún ejercer la libertad en la “Era” de las redes sociales”. Sin dudas nos estaban dando un adelanto de estas “joyitas”, que ahora conforman la “corona” que es esta exposición.
Los que conocen a Toirac,— bueno, la pregunta sería ¿quien no conoce a José Á. Toirac?-, saben de su peculiar sentido del humor y fina ironía que siempre han acompañado su obra. Por tanto, no sorprende que cuando en los medios se analiza el fenómeno de los Memes, las redes sociales y la dinámica que acompaña este fenómeno, el artista siempre con su tiempo, reflexione desde su obra sobre como este dispositivo de comunicación impacta en la realidad cubana.
En los últimos tiempos, la academia me ha ilustrado sobre la investigación que desde el arte los artistas hacen. Esta exposición pudiera ser, en sí misma, una de las muchas ilustrativas del tema. Toirac, a partir del hecho (real o ficticio, no importa para el objetivo que nos atañe) de haber adquirido “falsos” Abela con la imagen del Bobo, comienza un proceso de estudio sobre la dimensión artística del meme y los diversos aspectos del mismo.
La figura del Bobo de Abela, da inicio en la museografía de la exposición. “Falsos Abelas, auténticos Toiraces”, viene a llamarse esta exposición dentro de la exposición mayor, donde aquella “sapiencia martiana (del Bobo) lo llevaba a dictar cátedra a los más humildes, en tiempos de olvido, escasez, pobreza moral”, es “subtitulado” con el pensamiento agudo de Toirac y contextualizado a las situaciones muy cercanas, donde el que entendió, entendió. En esta apropiación a exprofeso, responde a la búsqueda de explotar las potencialidades transtextuales de aquellas caricaturas de época que aún hoy poseen. Es tal vez una forma de afianzar el valor que tuvo, tiene y tendrá el personaje del Bobo de Abela, y por qué no, un homenaje a esa vanguardia artística que desde su obra fustigó los problemas sociales que se vivieron.
Ya en la segunda sala, es cuando se descubren las “joyas robadas”. Un despliegue de dibujos, lienzos, cartones, emulan a esas imágenes que en los últimos tiempos circulan de manera acelerada por los medios digitales. Con una disección desde el arte, del sistema complejo que acompaña la inmediatez y la viralidad, así como el impacto de frases, imágenes estáticas, iconografías reconocibles o personajes famosos con un marcado carácter de comicidad, Toirac decodifica esa construcción de sentidos de eso que hoy los teóricos de la comunicación vienen a llamar el fenómeno del meme.
Pero de seguro que Toirac no busca la risa fácil y el poco pensamiento al estilo del meme tradicional que hace blanco hasta de los más altos niveles. A mi juicio, cada una de estas piezas muestra un interés en mostrar los procesos coyunturales que dan paso a las narrativas de estos memes. Un Otaola asombrado por lo que publica la revista Time, un Maestro Yoda que alerta sobre el porqué de la muerte del lechero, un Flork que alaba la viagra que mantiene “eso” en pie, un Andy Warhol que reconoce que ya “15 minutos de fama” no son suficiente, textos reiterados sobre el acto de censura, el libre pensamiento, o la liberación de la creatividad, entre otros muchos, son ejemplos de los discursos que se tocan en una amplia selección de piezas, curadas por el propio artista.
Una pieza compuesta por nueve parejas de cartones enmarcados, contienen una propuesta del propio Toirac de posibles reacciones, tal vez para esta muestra. Es así que podemos encontrar Me desencanta/ Me encanta, Me desgana/ Me asombra, Me aburre/Me entusiasma, por solo mencionar algunas. Si dar “me gusta” o compartir hoy un meme desde nuestros perfiles en las redes sociales es visto desde algunos pensamientos como un posicionamiento ideológico de nuestra parte, Toirac nos abre el diapasón.
Esta exposición, fruto de la investigación constante del artista como parte de su realidad, sin el blablablá de algunos espacios donde se ha analizado con particular filo el tema, nos demuestra que el Meme, ha irrumpido de manera agresiva en los discursos como una forma privilegiada de comunicación. Toirac piensa que el meme es el dispositivo discursivo que se difunde más y con mayor impacto en el mundo contemporáneo. Sus últimas obras están dentro de un imaginario particular que se inscribe en los límites del apropiacionismo y el arte conceptual.