Exposición «Si Dios y Elegguá quieren todo es posible»

Manuel Mendive

XIII Bienal de la Habana

15.04.2019

Galería Acacia

La Bienal de La Habana no sería lo mismo sin las obras de Manuel Mendive Hoyo (La Habana, 1944), Premio Nacional de Artes Plásticas, figura excepcional e imprescindible de las artes visuales de Cuba y del Caribe. La Acacia se engalanó con la inauguración de Si Dios y Elegguá quieren, todo es posible, acompañada con el performance Los Abrazo. La acción se inició en el emblemático Parque Central.

Junto al maestro, como cariñosamente es llamado, bailarines peregrinaron por las calles de la capital, sobre los cuales el artista realizó Body Art (pintura corporal), acompañados de la inconfundible sonoridad percutida y vocal del grupo Yoruba Andabo. Un público entregado a la celebración completó el plantel.

En la galería La Acacia, Mendive hace un recorrido que comienza en la década del 70 y llega a la actualidad. En la entrada reciben a los espectadores dos esculturas en hierro policromado de la serie Energías vitales y una tela de mediano formato de la serie Las tinieblas.

Las tres obras fueron confeccionadas en 2010. Pocos pasos más adentro, sobre las paredes se proyectan distintos performances y happening ejecutados a lo largo de su carrera. Pasando el umbral de la segunda sala, el artista dispuso cinco esculturas de su colección personal, instaladas en la parte central de la galería.

Sobre las paredes del recinto cuelga 14 pinturas. De las obras exhibidas en esta sala sobresale la emblemática Endoko, retablo realizado en 1970.

En las obras de Manuel Mendive concurren invariables flujos energéticos, que parten de él e irradian todo lo que hace, extendiéndose desde sus primeros trabajos a las producciones más recientes. Sus creaciones inciden iconográficamente en temáticas bien definidas de la cultura afrocubana.

Los espectadores se aproximan con curiosidad y placer manifiesto a un universo mágico, repleto de deidades sagradas, orishas, egguns, animales, herramientas y otros elementos simbólicos o matéricos, utilizados por los fieles de las religiones afrocubanas que, en sus manos, se trasforman en auténticas obras de arte.