Exposición «País de Nieve»

XIII Bienal de la Habana

Eduardo Ponjuán

14.04.2019

Galería 23 y 12

«La exposición Nieve en La Habana abrió puertas al público el pasado 15 de abril en la Galería 23 y 12, y se ha convertido en el espacio de visibilidad principal para la obra de Eduardo Ponjuán en la XIII Bienal de La Habana. El título se remite a la novela homónima del japonés Yasunari Kawabata y está compuesta, exclusivamente, por cinco pinturas en óleo sobre tela.

Quizás el rasgo visual más representativo en las piezas es ese punto a medio camino entre pintura y diseño. Imágenes inspiradas en el discurso formal planimétrico característico del diseño gráfico contemporáneo, clichés compositivos para referirse a las regiones frías. Pero estas postales esconden cierta carga de sarcasmo, de extrañamiento: ¿qué hace este país de nieve en la tropicalidad de nuestra Habana? Y en este aspecto, Ponjuán se torna, nuevamente, sutilmente irónico, refinadamente cínico. Tal vez esté nuestra ciudad congelada en el tiempo, tal vez sea la nieve, una vieja compañera de esta Isla…»  (Abram Bravo Guerra, Revista Artcrónica)

Periodista—¿Por qué País de nieve?

Eduardo Ponjuán —País de nieve alude a la novela homónima del japonés Yasunari Kawataba: una historia de amor que leí en mi adolescencia y que sucede en una de las regiones más frías de Japón. Nunca he estado ahí. Pero he visto la nieve y los abedules en Moscú, en la pintura de Iliá Repin y en las películas del polaco Andrzej Wajda. País…, no tiene nada que ver con nuestro contexto.

«Lo primero que hice fue tratar de evadir todo lo que pudiera estresarme. Quería hacer algo por el corte del artista atrapado en su torre de marfil. Si algún tema tienen estas obras es la belleza, aunque alguien adivine en el Titanic su choque con un témpano de nieve.

«La belleza está mal vista, vilipendiada. Si alguien dice que el cuadro está bonito, los artistas se ponen bravos. Hay que ser duro, sarcástico, irónico.

«También yo, como Arthur Rimbaud, senté a la belleza en mis rodillas, la encontré amarga y la injurié. En esta ocasión, quise pintar como Henri Matisse; y, como dijo alguien una vez, cuando termino de pintar un cuadro no tengo nada que decir. Lo que he hecho es lo que quise decir y si no lo logré, toda la culpa es mía.»

(Fragmento de entrevista a Eduardo Ponjuán 20.04.19 Periódico Juventud Rebelde)