Exposición “Del museo real al museo imaginado: MAC –LA HABANA”
Colectiva
23.07.2022
Museo Nacional de Bellas Artes

Cinco visiones de arquitectos, sobre dónde debería emplazarse el Museo de Arte Contemporáneo, y cómo pudiera lucir su trazado arquitectónico, es el resultado de la curaduría de esta exposición. Su curador principal, Jorge Fernández, director del Museo de Bellas, para presentar el proceso, demostró en su intervención como, a lo largo de la historia de la arquitectura, siempre ha ido de la mano de las bellas artes. Por tanto, nada asombra que se llame a “la madre de todas las artes”, como la nombrara en una exposición en su momento el arquitecto y crítico de arte Nelson Herrera Ysla, a exponer sus ideas sobre un anhelo de muchos artistas, arquitectos y especialistas cubanos.

Los estudios de arquitectos Choy-León, U+D arquitectura , ARO Estudio , adurbis_arquitectos , HrG_arquitectura , Apropia Estudio  y DCERO , cada uno desde sus estilos muy característicos, presentaron proyectos visuales respondiendo a la pregunta de los curadores. Sería ambicioso en estas breves líneas intentar describir las propuestas. Sirva reconocer que no fue una licitación pública, se le brindó a cada grupo de creadores la posibilidad de diseñar un museo sin programa. Ellos respondieron con proyectos abiertos y flexibles, con la intervención de espacios industriales existentes hoy en la ciudad, valorando esas estructuras en las fórmulas presentadas para la circulación del público y los requisitos de exhibición de obras que responden a los conceptos más contemporáneos de las artes visuales.

En algo coinciden las propuestas, y es en tener como centro las obras –que hoy ya cuentan por decenas en los almacenes del actual museo, y esperan por ese museo soñado. Estructuras pensadas primeramente en ubicar en primer plano la visualidad de las obras de arte y luego en el “ego” de la estructura arquitectónica per sé. Edificios e instalaciones que, por lo menos en las proyecciones que hoy se ven en el Museo, responden a ser además epicentros de las nuevas generaciones de artistas, aspirando a crear en cada lugar el escenario para que estos proyecten sus más arriesgadas propuestas.

Me llamó la atención el uso que se le dio por algunos de los grupos que seleccionaron instalaciones industriales, la carga histórica que poseen, como es el caso del edificio Tallapiedra o los silos de Regla. En estos y en las propuestas de emplazamiento novedosos, como es el uso de espigones flotantes o el distrito de arte de Miramar, hay siempre una evocación al ejercicio plástico contemporáneo cubano y a sus artistas. Es marcada en todas las presentaciones la idea de la integración de todas las manifestaciones artísticas presentes en el panorama de las artes visuales hoy.

La naturaleza se integra a la perfección, lo que es un guiño al landart que tanto se defiende por muchos de los artistas cubanos. En el caso del distrito cultural de Miramar, las condiciones paisajísticas condicionan la estructura y se adapta el nuevo edificio. En otros, la visibilidad a través de cristales desde el exterior convida al transeúnte a curiosear sobre que hay dentro de las estructuras otrora fábricas o industrias. Las maquetaciones en 3D, demuestran cómo sería esa necesaria integración entre las exposiciones de arte contemporáneo y su alrededor. Derroche de innovación y tecnologías, que se agradece para soñar en grande. En estos videos, se ven conceptos arquitectónicos modernos, como son la funcionalidad y la flexibilidad en las plantas expositivas, el uso de los espacios neutros, que propician la relación público-obra, entre otros.

Hace unos días polemizábamos en las redes sociales sobre el papel de un Museo de Arte Contemporáneo, y si algo primó fue que este no debería convertirse en un almacén de obras, y si en algo moderno que potenciara el desarrollo de los artistas contemporáneos, de varias generaciones. Por tanto, pensar estas estructuras como algo inamovible en el tiempo o con salas permanentes y lo tradicional de un museo sería desde ya traicionar el sueño del MAC. Habría que con la calma que no trae una inauguración, volver a cada proyecto y preguntarles: ¿ven uds estas propuestas como un típico museo de arte o sueñan en algo completamente distinto? Su respuesta desde la arquitectura sería tema para muchos encuentros.

Vuelven a la mesa los temas de debate sobre la arquitectura en Cuba hoy, cuando se presentan estos gabinetes o estudios independientes en esta exposición y no se convidó a las empresas de proyectos que hoy existen en el país. Sería interesante y contemporáneo ver como dialogarían estos actores de la nueva realidad, y que soluciones formales encontrarían para resolver el sueño del MAC. En esta ocasión no se habló de presupuestos o valores totales de producción de estos sueños, excepto los momentos que se habló del financiamiento para esta exposición y eso creo fue aceptado, para no trastocar los sueños en pesadillas.