Con la espontaneidad y desenfado que le caracteriza, Humberto Díaz Pérez , invitado al Taller de Emplazamiento, nos presentó su mirada hacia el site-specific. Quienes han tenido la oportunidad de seguir su obra conocen, que es junto a otros artistas uno de los principales cultores de esta manifestación en el contexto cubano. Cada una de sus propuestas han venido creciendo en visualidad, novedad y factura, sin descuidar la constante búsqueda de significados y la atribución de nuevos sentidos a elementos que para otros no tendrían uso alguno.
Durante la charla de ayer, a la que agradezco la invitación a Duvier Del Dago Fernandez , quien coordina el taller, Humberto recorrió varias aristas de su obra, llevando a los presentes a la comprensión del devenir de la misma y su encause hacia el site-specific. No muy bueno en la pintura, como él mismo asegura, por no expresarse mejor, recurre a otras acciones no menos de impresionantes, huyéndole sobre todo al facilismo del mercado, aunque no lo niega…no solo de pan y por amor al arte vive el hombre. Su gusto por el espacio y la relación que inevitablemente crea con el espectador, aprovecha las ventajas que le ofrece para expresar más abiertamente –que la pintura- sus inquietudes como creador y hombre según la filosofía.
Ya lo señalaba Lucy Lippard por allá por los 70, cuando significaba que –y me permito parafrasear- el arte site-specific o «específico del sitio» engloba esas obras de arte creada para existir en un lugar determinado. Los artistas que desarrollan su carrera e incorporan esta manifestación, crean las obras pensando en el sitio donde va a ser expuesta y no al revés. Esto permite un disfrute mayor del público porque al verlas entienden que el artista estudio la escena y el espacio y construyó el mensaje alrededor del mismo, y para entenderlo es inseparable la obra del sitio. Esto lo vino a corroborar Humberto ayer, mostrando su larga obra –dicho sea de paso, merecedora ya de un catálogo con todas las de la ley, pues contenido tiene- y demostrando a los asistentes la diferencia entre instalación y site-specific. El uso de ejemplos espectaculares de sus obras más conocidas y otras que por haberlas realizado fuera del contexto cubano lo son no tanto, facilitó el diálogo con los presentes y la captación directa del mensaje.
Reafirma este artista una vez más que su sello es “hacer obras que sean respuesta al contexto en donde se exhiben”. Y los presentes, por poco más de dos horas, quedamos pendientes de cada detalle de diseño, producción y desarrollo de las piezas. De seguro, muchos de los jóvenes artistas que cursan estudios en el ISA, encontraron una fuente de inspiración en las aristas abordadas por Humberto. Para nada se dejó de hablar de mercado de arte y lo difícil que es la comercialización de este tipo de obras, pero no imposible y así lo describió el artista. El uso de recursos como el boceto, el dibujo, la maqueta o la fotografía, son algunos de los caminos que transitan los que, como él encuentran su esencia en el site-specific.
Compleja además es la relación con galerías de arte nacionales o extranjeras, quienes tienen en ocasiones a ser camisa de fuerza para la creatividad del artista y limitan las posibilidades de realizar este tipo de obras que por su costo a veces no son inversiones atractivas para ellas. No obstante, se persevera y lo demuestra la trayectoria de este artista, quien vuelve a las aulas del ISA y trasmite a camisa quitada y lenguaje no académico sus experiencias.
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