03.08.2018

GALERIA HABANA

Una vez más la palabra Eureka fue el centro de atención. Pero en esta ocasión ha sido Mabel Poblet Studio quien la grita desde el arte, con «Flotabilidad» (bouyancy), exposición inaugurada en Galería Habana. En ella se demuestra desde esa infinita capacidad que tiene la creación artística de artistas como ella y Andrés Levin el principio de Arquímedes: “la causa de la flotabilidad no es la densidad del cuerpo, no es el agua desplazada, es simplemente un balance de fuerzas (peso y gravedad) y la presión ejercida que rodean al cuerpo”.

Ese balance de fuerzas, el espectador atónito, la descubre desde la luz interna de las piezas o las proyectadas sobre estructuras colgantes. O en la impresión de las voces que emanan de la instalación que parece salida de una obra de H.G. Wells, la presión está en esa necesidad del artista de reencontrarse en cada obra, pero renacer a la vez.

Sobre esta muestra, Maikel Rodríguez señala: «(…) En Flotabilidad, Mabel Poblet parte de estas relaciones antinómicas inherentes al gran vehículo universal para, mediante plexiglás, cristal, luces, bocinas, instantáneas y sonidos, construir un remanso acuoso donde sobreviven personas que han elevado anclas y se abandonan a los flujos y reflujos del azar. Aquí, el agua es el continente; lo corporal, el contenido; lo sólido se supedita a lo líquido. A la belleza, la quietud y el lirismo que trasmiten las piezas, rayanas en la exquisitez, se suma un amplio número de caminos interpretativos referentes a la naturaleza y el comportamiento humanos. Insularidad, resistencia, apatía, nostalgia, migraciones, identidades, Historia: los conceptos que palpitan en las instalaciones, Flotabilidad y Plegarias llaman nuestra atención sobre lo que somos, hemos sido y pretendemos ser tras abandonar el medio acuoso, relativamente seguro, que nos ofrece el útero materno, y comenzar nuestra traumática interacción con el mundo. Por su parte, las fotografías de Sleepless, sencillas y luminosas, vuelven sobre el tratamiento del cuerpo femenino, parte indisoluble de la poética de Mabel. (…)»