Exposición Naufragios
10.12.2021
Galería Domingo Ravenet
14 Bienal de la Habana
Quizá el destino provocó que este proyecto tocara buen puerto tras una travesía casi tan azarosa como un naufragio. Tal vez el propio título de la muestra vaticinó su rumbo. Es sin dudas además una muestra del deseo de perseverar de su autor, quien autodidacta al fin, ha visto tantas veces cerradas las oportunidades de mostrar su quehacer en las galerías comerciales de la capital. Mencionar aquí las tantas puertas tocadas sería ya llover sobre lo mojado, y queda solo agradecer a esas instituciones que siguen apostando por el buen arte y menciono así tanto a la AHS como el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, quienes vuelven a tomar el protagonismo de la promoción del talento joven que pulula en nuestro país.
Insertar un proyecto como este dentro del marco de una Bienal que traza en sus directivas el desarrollo sostenible y la preservación del medio ambiente es un punto más a favor del evento, pues si a algo responde la obra en cuestión de la serie naufragios es a eso. Durante la inauguración vi a muchas caras sonreír y hasta ojos aguarse cuando el artista significó que las imágenes correspondían a esos lugares poblacionales en la costa sur de Mayabeque que al paso de fenómenos naturales vieron perder todas sus pertenencias. El ciclo de la vida se impone y la Naturaleza vuelve a buscar sus dominios. Tal vez por ese sentimiento que hay en las piezas es una de las exposiciones más personales a las que he asistido y a la que desde el primer momento hice mía. Agradezco al artista por confiar en mí, carente de cualquier formación artística o curatorial para comisariar en cierta manera el proyecto y acompañarlo en el tortuoso proceso que es producir una exposición.
En su momento escribí para presentar el proyecto estas líneas, que meses después mantienen una vigencia máxima, pues nuestra realidad no a cambiando tanto:
“Esta nueva serie del fotógrafo/artista Yovanis González es resultado de un proceso de autorreflexión. En tiempos donde la humanidad -flamante nave que ahora naufraga a expensas de una epidemia- este joven artista se refugia en estos paisajes desoladores, donde se simboliza la presencia del hombre ya vencido por las fuerzas de la Naturaleza. Como escenas de un naufragio -avizorado por muchos – cada fotografía motiva a la reflexión sobre ese equilibrio roto entre el paisaje marino y la presencia humana, uno de los tantos problemas ambientales que se suman la realidad actual.
Desde una visión no de denuncia, sino más bien de testimonio mudo de la intervención del hombre sobre la naturaleza de las costas marinas, estas composiciones visuales -la mayoría con ese atractivo que da el B&N lenguaje que solo en imágenes puede trasmitirse- las piezas que conforman esta serie combinan los estilos artísticos y de registro documental entre los cuales se mueve este joven artista del lente.
“Naufragios” se aproxima a esas tendencias propias del “ecocentrismo”, donde más allá de reflejar paisajes el discurso estético de las piezas responde a la necesidad de orientar el pensamiento del público y del propio artista hacia el medio ambiente tanto en su cuidado como en la necesidad de conservación. Y esta vez Yovanis, recurre a paisajes desconocidos de su tierra natal, y la paradójica similitud con la situación de desolación que abruma a muchos por estos días para conectar al espectador con la obra. El cuidado de la técnica, la utilización de la luz natural y el color, los motivos marinos (costeros y de playa), los contrastes de planos con el horizonte, la composición de la imagen y la escala, son elementos que elevan a un nivel artístico estas tomas logradas al primer clic del obturador.
Es difícil encasillar el género al que pertenecen estas fotografías -una mirada de la crítica especializada logrará mejor esta definición- pues si se miran de forma aislada cada una de ellas, descontextualizándolas muchas pudieran ser señaladas como pertenecientes al género surrealista -como de otro planeta como señala su propio autor-. La percepción del espectador es sometida por las imágenes marinas, donde la luz natural de un momento particular del día, crea esa atmosfera única. La superficie de la mar levemente agitada por el soplo del viento es fijada tal y como una representación pictórica más que una imagen tomada con el lente de una cámara. Paradoja esta, tanto buscar la pintura reflejar exactamente la realidad y ahora la fotografía se acerca a la magia de un lienzo.
Reconocible es la huella ecológica del hombre en estas escenas, se omiten los títulos de estas piezas pues no son necesarios para hacer alusión al tema, lo cual es un recurso válido en este caso. Otro guiño del artista al deseo de remarcar el argumento es la agrupación de estas fotografías bajo el título “Naufragios”, algo que solo puede acontecerle el hombre con sus naves, bajo las fuerzas de la Naturaleza. Un mensaje trasmite la serie en cuestión: una vez el hombre haya pasado e intervenido directa y consciente, los restos de la actividad humana permanecen y son trasladados a otros lares por la acción de los elementos naturales, una vez allí terminan por transformar otros paisajes en silencio, volviendo la escena un naufragio inadvertido.
La presencia de pequeños botes abandonados a la deriva o no, dentro de esas composiciones cuidadosamente trabajadas para lograr su efecto artístico, dan esa mirada nostálgica. Se acentúa el sentimiento al caminar lentamente por esos puentes ya casi inexistentes, derrumbados hacia un mañana, ya naufragado.
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