Exposición “A mano y sin permiso”

Colectiva (colección privada)

10.11.2021

GALERIA HABANA

La evolución de artistas y espacios expositivos puede verse a través de esta muestra. Una vez más se refuerza ese criterio que he venido esgrimiendo desde hace un tiempo, la necesidad de fomentar el coleccionismo individual dentro de Cuba. “A mano y sin permiso” es el ejemplo más práctico que fundamenta esa tesis, si Eduardo Marín, no hubiera percibido el carácter coleccionable de estos casi 250 carteles – de los que hoy se exponen 82- en su momento, hoy no existiera testimonio vivo del quehacer de varias decenas de artistas que sin pedir permiso y con el talento de sus manos echaron a producir sus propios carteles promocionales. En tiempos donde la impresión digital y la era virtual asumen roles protagónicos en la actividad de promoción y divulgación de eventos, en las décadas pasadas fue la serigrafía el método que les permitió a muchos artistas con los recursos existentes hacerse visibles con estos “gritos desde la pared”.

Más allá de las muchas cualidades que estos carteles tienen desde el punto de visto artístico, valga señalar que existen ejemplares de artistas como Eduardo Roca (Choco), Rafael Zarza, Reinerio Tamayo, Moisés Finalé, Ernesto García Peña, Belkis Ayón, Eduardo Ponjuán, Eduardo Abela, Yamilis Brito, Antonio Eligio Fernández (Tonel), Nelson Villalobo, Julia Valdés y René Francisco- me detengo en la información que en su historia brindan. Cada pie de obra de estos carteles, es un pedazo de la historia de muchas galerías –hoy algunas ya no existen como la Galería La Casona-, de exposiciones memorables como fue aquella en honor a Antonia Eiris en galería Galiano llamada “Reencuentro”. Escribir la historia sin todos sus actores es un error y acciones como la de Eduardo ayudan a prevenirlo, pues estos testigos mudos del quehacer dan una muestra fiel de la evolución de las artes y artistas. La documentación y posterior publicación de un catálogo razonado de estos y otros carteles sería en mi modesta opinión una contribución necesaria a esa historia que se escribe cada día sobre las artes visuales en Cuba.

Imagino la labor de conservación y cuidado de los mismos, todos conocemos la fragilidad del papel como soporte de obras de las artes visuales, mérito este que se ve en el estado de carteles tan antiguos como el de la exposición de Choco en el año 1982 –tal vez el más antiguo de la colección-. Estudiarlos en su formato o concepto, y el contexto social y artístico donde se presentaron, imagino sean acciones que acompañan el coleccionismo, pues de no ser así sería solo el mero hecho egoísta de archivar, que no es el caso, pues la propia curaduría a varias manos entre Pepe Menéndez y Marín junto a Chrislie, atestiguan el conocimiento detrás de la selección rigurosa para esta exposición.

No es inusual este tipo de colecciones, pues conocido es el interés que surgen por carteles de cine por los coleccionistas, lo interesante es el concepto de selección de los tipos: carteles de y por el arte cubano. Sería interesante entonces reproducir experiencias internacionales, donde usando las nuevas tecnologías y desde la web que crean repositorios virtuales donde los interesados e investigadores puedan acceder a la información de esta colección, pues imagino que, tras esta muestra acertada en Galería Habana, se reorienten muchas investigaciones hacia esta área de seguro poco estudiada dentro de las artes visuales en Cuba y del coleccionismo. Además de ser un toque de aldabón a las instituciones de arte, para encender esa chispa necesaria para el coleccionismo institucional, deber para la preservación del patrimonio material en nuestro país.

A los que aún no valoran desde el punto de vista artístico la necesidad del coleccionismo, solo aludo a algunas cifras tomadas de los anuarios de Art Market que ubican el interés sobre lotes de estas obras de arte, pues ateniendo a la antigüedad, la técnica de impresión y estado, la originalidad, su diseñador y el atractivo (algunos elementos a la hora de tasación), los precios son bastante elevados. Además de toda la actividad de merchandising que pueden generar estas imágenes.

Otros artistas cuyas firmas aparecen en las obras:

Eduardo Rubén García , Humberto Castro , Leandro Soto , Luis Miguel Valdés, Glexis Novoa Vian , Israel León, Carlos Cárdenas, Ibrahim Miranda, Rolando Vázquez, Reinerio Tamayo Fonseca , Eduardo Roca «Choco», Flavio Garciandía, José Bedia , Moises Finale , Gustavo Acosta, Ernesto Garcia Peña , Nicolás Lara, Rene Francisco Rodriguez , Eduardo Ponjuán , Ángel Ramírez, Luis Cabrera, Francisco Bernal, Alexandre Arrechea, Dagoberto Rodríguez, Jacquelín Maggy, Antonio Eligio Fernández «Tonel», Julia Valdés, Rodolfo Llópiz, Yaquelín Abdalá, Álvaro Almaguer, Lanner Díaz, Ricardo Silveira, José M. Contino, Belkis Ayón Estate , Lissette Matalón, Edel Bordón, Pedro Álvarez, Luis Gomez , Tamara Campo Artista Visual Cuba , Ángel Alonso, Geysel Capetillo, Elio Rodríguez, Yamilis Brito, Jacqueline Brito, Gustavo C. Echevarría «Cuty», Ángel Barbachano, Fabián Peña, Rafael Zarza, Anyelmaidelín Calzadilla, Javier Guerra, Pavel Giroud, Angel Rivero «Andy», Eduardo Abela Torras , Julio César Peña, Segundo Planes , @Pedro Vizcaíno, Lázaro Ochil, Alexis Somoza, Alberto Soria, Los Carpinteros, Abel Barroso, Raúl Cordero, Alexis Alejandro García, Max Delgado, Nelson Villalobos , Arturo Cuenca, Duvier Del Dago Fernandez