04.09.2020
Centro Provincial de Artes Visuales Arístides Fernández (Mayabeque)
Justo ayer discursaba sobre las deudas hacia las exposiciones en esos invisibilizados espacios que son las galerías municipales o provinciales, que no forman parte del circuito principal o comercial. Esas que, desde el silencio – poco a poco se rompe en las redes sociales con la necesaria auto-promoción que realizan los propios artistas- van rescatando la otrora jerarquía in crescendo que debe caracterizar la evolución de un artista. ¿Cuántos de los artistas que hoy son más que reconocidos no tienen en su hoja de vida muchas exposiciones en esas galerías que los acogieron en sus inicios? Pocos no levantarían las manos, pues los que conozco, hablan con orgullo de su paso por estas.
Es mérito en estos días, donde el mercado dicta muchas de las reglas del juego para las artes visuales, exponer en las galerías de este nivel, aunque muchas veces es visto de manera indiferente por muchos. Así que, aquellos que se proponen, aun así, exponer, tiene el doble del reconocimiento. Soy testigo de cómo los curadores y responsables de estas sedes trabajan con una pasión y convicción, a veces estoica, literalmente por «amor al arte».
Todo aquel que ha asumido la producción de una exposición en el rol que le haya tocado, sabe la infinidad de detalles que hacen que la muestra brille. Entonces reconocerá con creces que llevar esa misma empresa en las condiciones de estas galerías es mucho más complejo. Tal vez por ese motivo este grupo de artistas, reunidos con esa complicidad que solo logra la amistad y el talento colectivo, pudieran arriesgarse a llamarse alquimistas. Guiados por su curiosidad y su disposición a superar barreras materiales y subjetivas— han apostado por incursionar en un mundo tan complejo, pero fascinante, las artes visuales, asumiendo el riesgo que implica hacer una exposición con esa variedad de técnicas, estilos y generaciones y asumir los riesgos. Tal vez estos elementos son los que, combinados con las coincidencias en sus discursos estéticos y referencias comunes, den al traste con Alquimia.
Algunos nombres me son más conocidos, otros no tanto, pero lo que si tienen en común es la curiosidad que despierta desde el título esta muestra, y a juzgar por la presencia concurrida de los públicos en sí de cada uno de ellos, no fui el único asaltado. Como aquellos que alguna vez intentaron hasta lo indecible por encontrar la quinta esencia para convertir cualquier material en oro, estos artistas, todos, se intercambian criterios, opiniones, descubrimientos y técnicas. Todos buscando ese objetivo final, la búsqueda de símbolos en el arte que les indiquen el camino a seguir fin, no muy lejano para ellos, con sus luces y sombras, como todo proyecto que combina múltiples miradas y quehaceres, pero todo es perfectible para no ser escéptico.
Para aquellos que aún no encuentran en estas palabras la relación con el quehacer de los alquimistas y se descubren sorprendidos por el título de la muestra, cito a J.A García Martínez en su libro Arte y Pensamiento en el siglo XX, cuando se cuestiona: ¿La transformación de materias innobles en materiales nobles, no encierra la misma significación que hoy, al buscar el objeto plástico mediante distintos recursos o utilizando cualquier tipo de materiales? ¿La investigación de la Piedra Filosofal, no equivale a la búsqueda de la expresión en el Arte actual?.