19.03.2020

Galería Carmelo González

”Hacer arte a veces me parece que consiste en complacer; complacer al Mercado, a los críticos y curadores, a la institución, las nuevas tendencias, a los coleccionistas», es el punto de vista que defiende Jenny Brito desde su exposición #EfectoPlacebo, con obras que barren casi una década de su trabajo.

Lo interesante de la muestra es que ella no quiere ser de los artistas del placebo. Aquellos que apuestan a lo seguro, esos que vemos mil veces y siempre nos gustan, desde la selección del espacio, -la ya veterana galería de la casa de la cultura de Plaza- hasta el concepto mismo de la curaduría. Todo nos grita que lo importante no es tener técnica y dominarla, sino que hacer con ella cuando se la tiene. El uso de la sombra como personaje en sus piezas «Levedad Inmóvil» y «La Sombra que me está esperando» dan fe de ello.

Jenny adopta un nuevo vocabulario en sus piezas con términos de las redes sociales con instalaciones que combinan elementos naturales como piedras marinas y otros tecnológicos, remarcando el efecto placebo de reconocimiento social y dependencia que estos círculos son para sus usuarios.

En su autorretrato minúscula porción del polvo que solemos desprender de nuestra ya muerta piel- Jenny reafirma su gusto por la parodia de lo proyectual, el empleo de ciertas trampas de la percepción y del entendimiento o reconocimiento ontológico de un posible referente de lo real, para muchas veces subvertir esa noción de realidad.