Exposición «Deleites»

Hildamaría Rodríguez Enríquez & Elíseo Valdés

23.01.2019

Galería de Arte «Collage Habana»

“Atendí a la monumentalidad erótica, de la reveladora frontalidad de los dibujos desmedidos, generados desde un gesto contestatario, que me condujo a visualizar incluso —en mi tendencia especulativa— muchas de las escenas de los clásicos de shunga, a saber, Utamaro y Hokusai, por el tratamiento de las composiciones, la desmesura de los falos, las desprejuiciadas posturas de los cuerpos en su enlace e intercambio amatorio, gozoso.”

Recién releo «Ensayos cubanos sobre visualidad corporal» y encuentro este fragmento de texto de Hildamaría Enríquez. Leerlo es como hacer un recorrido de 360 grados por la exposición bipersonal «Deleites». Cada idea expresada y las obras para esta muestra son una reafirmación de las enseñanzas de esta profesora, que junto a las esculturas de Eliseo Valdés Erustes, sin dudas, son una muestra del arte exquisito de ambos artistas.

La exposición tiene la intención de dimensionar el cuerpo, el fragmento y las relaciones y entrelazamientos, haciendo notable, de manera puntual, la cualidad estética. El dibujo es el sostén expresivo fundamental. Tanto en las piezas bidimensionales como en las esculturas, especialmente producidas para este momento, la erotización del cuerpo es mostrada desde una perspectiva estética. La creación artística toma al cuerpo erotizado como motivo relevante; busca en franco “deleite” mostrar el cuerpo deseado y sus formas. «Nuestra propuesta es un juego suave, como parte de un proceso paulatino para encantar», aseguran los artistas.

Estos dos grandes maestros del arte, en su búsqueda creativa, hilvanan ese imaginario muy personal (a través de la apropiación de lo colectivo) del desnudo -masculino y femenino-, tema siempre sugerente, y muchas veces tratado desde el lienzo o la escultura, hasta las más modernas técnicas. En esta exposición, en especial parafraseando a Morin (2003) la relación entre la mente y el sexo, va más allá de las partes genitales. Ambos artistas se apoderan de los conceptos de que el cuerpo en sí (o su representación real o figurativa) deviene en un todo entero, excitante, pertubador, apetitoso, emocionante, provocador y sobre todo en un deleite para los sentidos.