Exposición Bloom

Alejandro Jurado

09.11.2020

Centro Hispanoamericano de Cultura

Sobre esta exposición me permito suscribir las palabras del crítico Andrés Isaac Santana, quien sobre la misma señala:

«B.L.O.O.M»., con independencia de su intención curatorial y del grado de abstracción de su tesis, bajo la autorizada firma de Michael Simpson, plantea un recorrido —enfático e interpelante— sobre un amplio repertorio de piezas del joven pintor cubano Alejandro Jurado. Esta curaduría especulativa, según explica su árbitro intelectual, “lejos de ser metodológica, aporta una nueva percepción del curador en su relación con la obra de arte y con el artista”. Y no dudo que su puesta en escena así lo demuestre, como tampoco dudo que el entusiasmo suscitado de su curador alcance sus niveles de demostrabilidad, pero, en este caso, me interesa, especialmente, referirme a la pintura del artista, que es a fin de cuenta es el objeto primero y último de esta pertinente digresión.

Alejandro es un pintor a todas luces visceral. Basta seguirle por sus distintas redes sociales para advertir su laboriosidad y su permanente entrega al cuerpo de la pintura. Tanto es así que resultan más cárnicas sus obras que él mismo. Sus piezas se revelan, para mi curiosidad crítica, como un hecho atractivo y extraño, un gesto deliberado que exige y admite toda mi atención. Podría decir, incluso, que alguno de sus elementos y algo de su “espesor” e “intencionalidad” escapan a mi noble entendimiento. Sin embargo, para suerte suya y mía, lo importante siempre se revela muy a pesar de esa sentencia que reza que “lo esencial es invisible a los ojos”. Y esa revelación habla y señala la confesable honestidad de su pintura.

No caben dudas de que Alejandro es un apasionado -casi enfermizo- de la materia pictórica y del gesto mismo de pintar en tanto que acto liberador y emancipatorio (…)»