25.10.2020

Estudio Corral Falso 259

Muchos han sido los homenajes a la obra de #Sosabravo que a lo largo del día de ayer y desde que se celebrara hace un año el 89 cumpleaños y lanzada la convocatoria a celebrar los 90 venideros. Muchos homenajes se realizaron, en el céntrico Museo Nacional de Bellas Artes Cuba , en el Museo Nacional de la Cerámica Contemporánea Cubana de manera virtual, o los cientos de post y comentarios que inundaron los perfiles de las redes sociales de instituciones arte o personales que felicitaron sin fin a este Maestro… pero me atrevo a decir, que tal vez uno de los más sencillos, pero más profundos homenajes lo encontramos en la periferia de la ciudad, en Guanabacoa…allá en Corral Falso 259

Cuando en 2019, el sello Collage Ediciones viabilizó la presentación al público conocedor y seguidor de la obra plástica de Sosabravo el libro arte “Sosabravo sobre papel”, su gran amigo René M. Palenzuela, coordinador de este, nos ayudó a responder una pregunta ¿Cuál ha sido el papel del papel en el arte de Sosabravo? Y entre las respuestas que se hilvana junto a textos del propio Palenzuela, Rafael Acosta de Arriba y Aldo Menéndez, se descubre aquella que reza: “En Sosabravo no encontraremos bocetos o croquis de sus obras definitivas, sino que el empleo del papel con sus diferentes espesores es en sí el fin y no el medio.”

Es por eso que la muestra que Tomás Nuñez-Johny presenta en ese espacio —geográficamente casi inalcanzable en tiempos de Covid, pero virtualmente cercano— es sin lugar a dudas una celebración a la vida de Sosabravo, rescatando esa etapa de creativa de este artista conocido por sus grandes lienzos multicolores, vidrios de Murano imposibles de creer que puedan hacerse, bronces geniales, murales impresionantes y cuantas manifestaciones sus manos tocan. En un pequeño lugar cuál templo de veneración se hallan doce piezas exquisitas, encontramos “Pasahambre” de 1957, una sencilla combinación de técnicas, pero con un simbolismo impresionante…tal vez una de las primeras piezas en papel de Sosabravo.

Rafael Acosta de Arriba, en texto a propósito del catálogo antológico y de material de consulta obligatorio, expresa: “Las piezas sobre papel (y las demás) de este creador nos estimulan porque no son mero ornamento, en ellas hay un sentido de luminosidad palpable, es lo que algunos estudiosos (en particular Rufo Caballero) han llamado lo Caribe, por su composición y luz” Y se aprecia en las escogidas para la ocasión que junto a la atmosfera que rodea este santuario de arte nos introducen lentamente en la mente y genialidad creativa de su autor.

El mejor ceramista de nuestra historia, como lo denomina Aldo Menendez , en esta muestra se redescubre en piezas y nos presenta como sugerentemente su título indica al “Alfredo antes de Sosabravo”, ese Alfredo que al integrarse el Taller Experimental de la Gráfica de la Catedral se nutrió del saber y compartió sus experiencias previas con sus camaradas Antonia Eiriz, Raúl Martínez, Umberto Peña y José Contino como bien nos recuerda Aldo. Tal vez por estas razones, esta sencilla, pero hermosa exposición es el mayor homenaje a los 90 de Sosabravo.