Lidzie Alvisa y Alicia Rodríguez Alvisa

10.05.2020

Galería virtual (redes sociales)

Dos mujeres, madre e hija, se han unido en una especie de performance mediático gracias a las bondades de las redes sociales y la oportunidad de tener un público cautivo, ya sea por la situación actual de confinamiento o por la calidad a que nos tienen acostumbrados con su arte. Lidzie Alvisa Jiménez y Alicia Rodriguez Alvisa, madre e hija, demuestran esa relación simbiótica entre sus vidas y estilos artísticos bajo una idea «Vientre». Siete días han sido pocos para enseñarnos cuán fuerte es la presencia de la una en la otra, matizado tanto por el amor materno-filial como por la admiración profesional entre ambas.

Varias son las piezas que forman parte de esta exposición virtual (virtual en el sentido que todas las obras y performance fueron presentadas de manera online a través de plataformas como Facebook e Instagram, sin presencia física en espacios galerísticos) que defienden los conceptos antes planteados.

Ejemplos son «Identificación» o «Mirandote Si todavía no te veo donde» se aprecia ese amor exclusivo entre ambas. Casi sin límites, se ve ahí en la percepción de Lidzie aún antes de nacer su hija Alicia en su obra «9 meses» donde cada mes a la apreciación de este escriba es representado en cada mosaico, llegando al clímax en las fotografías del parto, momento mágico en la vida de una mujer.

Estas obras vienen desde la visión de las artes visuales a contribuir con una de las mayores interrogantes que algunos psicoanalistas se han hecho por años -. Se dice que cuando un periodista le preguntó a Jacques-Marie Émile Lacan (médico psicoanalista fránces conocido por sus aportes a teóricos al psicoanálisis) ya en el final de su vida, qué había sido lo más difícil de desenmarañar en su práctica psicoanalítica, él evocó inmediatamente la relación madre-hija.

Y es que cuando uno disfruta ese video «Camerino» donde Alicia desborda creatividad infantil y su madre cómplice asiste como visionando ese futuro que la niña tendría. Uno llega a preguntarse viendo luego el resultado de la labor artística de ambas 20 años después en piezas como «Cuando las flores se hicieron tan fuertes que soportaron la distancia» o en «Danza de las manos que emigran» ¿cómo es esa relación madre e hija?

Evidentemente, la pasión por la madre ha dejado marcada a Alicia de por vida, tanto personal como artística. El gran amor de esta artista es su madre y esto se verifica en «You are there, ¿Are you There? There you are», donde Alicia habla de sus inseguridades y la batalla interna entre sus dos yo, eso habla mucho del amor filial a la madre, un amor en mi apreciación muy difícil de declarar.

El colofón de la muestra es sin dudas ese video homónimo a la exposición, donde claramente se aprecian los vasos comunicantes entre ambas, donde el contenido (pensamientos, sentimientos, emociones) va pasando de una a otra. Lidzie le ha aportado a Alicia, desde su arte y su amor materno, esa identidad propia que ahora enarbola.

Esta exposición habla, grita y defiende el lazo que las une a ambas, de la proximidad entre ellas, de reconciliación y armonía y desde la visualidad artística de ambas se comparten esas experiencias femeninas transmitidas de madre a hija.