Colectiva

22.12.2017

Galería Casa 8

Todo proyecto de los chicos de Fucina Des Artistas, es siempre un reto a la experiencia del espectador asistente. Cada propuesta –bien pensada- es una invitación a un territorio nunca antes recorrido. La presencia de enigmáticas piezas, en variantes expresivas, técnicas y soportes en esta exposición me abrió las puertas para conocer de cerca ese universo plástico que crea este grupo creativo. “La materia del deseo” habló sobre las voluntades de estos jóvenes artistas para ampliar (nos) los horizontes de las mentes y la ejecución de esos deseos más ocultos.

Desde la colocación de una piedra inmensa fosforescente – que por años duró en el lugar como testigo fiel de los deseos de hacer-, hasta la instalación “Fantasma” que buscaba reinterpretar las pasiones ocultas bajo la falsa normalidad, cada pieza dialogaba con el público sobre las posibilidades de construir –a través del arte- otros modos de vida y la realización humana.

A lo largo de la muestra, cada pieza iba acompañada de elaboraciones teóricas, casi al punto del psicoanálisis de Freud, imprescindibles para guiar al público en los registros artísticos de cada uno de los autores. Al pasar el tiempo, ha sido mucho más fácil identificar los estilos de estos tres artistas, en ese momento cada pieza se me antojaba colaborativa, pues la amistad entre ellos y el empuje de esta exposición, evidenciaba la presencia del intelecto de cada uno en todas las obras.

La pregunta que flotaba en el aire esa noche, ¿por qué la materia del deseo?, la respondí tiempo después a través de una frase de Shakespeare: “estamos hechos de la misma materia que los sueños, y nuestra corta vida es una pausa entre dos noches”. Y es que estos “tres mosqueteros”, si algo hacen, es soñar, soñar con sus obras y sobre los grandes proyectos. A veces son incomprendidos y juzgados, otras ignorados, pero la mayoría de las veces aplaudidos y de seguro recordados. Sus utopías creativas (en desacuerdo siempre con la aceptación de un mundo mal hecho) les han llevado a disfrutar de una libertad artística envidiable, al punto que años después sus obras individuales –con una madurez notable- son un referente del arte contemporáneo cubano.

Igual que años atrás felicitaciones a Leonardo Salgado, Roldán Lauzán y Daniel R. Collazo, colectivo de artistas que como se autotitulan son un TRACTOR que arrastran a un público ávido de experiencias, misterios y fuerzas ocultas que están presentes en esta exposición.