Exposición Tiempos abstractos, Colectiva

Exposición Tiempos abstractos
Colectiva
15.11.2024
Centro Hispanoamericano de Cultura
15 Bienal de la Habana

En el corazón del Centro Hispanoamericano de Cultura, las obras de José Rosabal y José Ángel Vincench parecen susurrar un lenguaje común: la abstracción geométrica. Tiempos Abstractos, título que da nombre a esta muestra, no solo evoca una temporalidad indefinida, sino que instaura un territorio visual donde la forma y el color habitan en constante tensión, armonía y dislocación. Lo abstracto no es aquí una simple categoría estilística, sino una estrategia para reinventar el tiempo y reconfigurar el espacio.

José Rosabal, último de los miembros del grupo conocido como los 10 Pintores Concretos, propone un universo de líneas y colores donde el silencio adquiere densidad. Sus formas, rigurosas y meditadas, parecen suspendidas en un presente continuo, libres de cualquier referencia contextual. Rosabal no busca narrar historias; su obra propone vacíos donde la mirada pueda perderse y reconstruirse. Cada cuadro suyo es una invitación a detenerse, a contemplar la geometría como un puente entre lo racional y lo espiritual.

Por contraste, José Á. Vincench opera desde un dinamismo inquieto. Sus composiciones fragmentadas y cromáticamente intensas desafían la serenidad de Rosabal, introduciendo un juego de rupturas que parecen desbordar el lienzo. Vincench transforma la geometría en un campo de acción, donde la forma no se pliega al orden, sino que lo tensa y lo reformula. Si Rosabal busca el equilibrio eterno, Vincench celebra el caos controlado, recordándonos que la abstracción no es solo contención, sino también explosión.


El diálogo entre ambos artistas se despliega con notable sutileza en esta exposición. La curaduría encuentra puntos de contacto sin forzar las piezas, permitiendo que las obras se encuentren por su propia naturaleza. Rosabal aporta pausas visuales que invitan a la reflexión, mientras que Vincench introduce un ritmo dinámico, casi musical, que desestabiliza y reconduce la mirada. Este intercambio entre calma y movimiento genera una experiencia que oscila entre la contemplación y la provocación.

La arquitectura del espacio juega un rol fundamental en esta conversación. Los muros blancos y la amplitud del recinto actúan como lienzos extendidos donde las obras de Rosabal y Vincench se proyectan, generando un diálogo que trasciende los límites de cada pieza. Las formas geométricas, al interactuar con los arcos y las líneas clásicas del Centro Hispanoamericano, refuerzan la idea de que lo abstracto no está reñido con lo histórico; al contrario, lo complementa.

El color es el eje que articula esta conversación visual. Uno lo utiliza con una precisión casi matemática, limitándose a una paleta contenida que subraya el orden de sus composiciones. El otro, en cambio, despliega un espectro cromático exuberante, donde cada tono parece pulsar con una energía propia. Sin embargo, en ambos casos, el color no es decorativo, sino estructural; no solo construye el espacio, sino que lo define y lo habita.


Tiempos Abstractos también trasciende el ámbito estético para plantear reflexiones más amplias sobre el tiempo y la memoria. Rosabal, con su búsqueda de lo eterno, sugiere que la geometría puede ser un refugio frente al flujo implacable del tiempo. Vincench, por el contrario, abraza lo efímero, mostrando cómo las formas y los colores pueden capturar la vibración de un instante. Esta oposición no es antagónica, sino complementaria, construyendo una narrativa que oscila entre la permanencia y el cambio.

La muestra no pretende resolver las tensiones entre estas dos visiones del tiempo, sino habitarlas. En ese espacio compartido, Rosabal y Vincench se encuentran no como opuestos, sino como interlocutores que exploran, desde perspectivas distintas, las infinitas posibilidades de la abstracción. Cada obra se convierte en un fragmento de un todo mayor, un tiempo abstracto donde lo geométrico se convierte en metáfora de lo humano: orden y caos, quietud y movimiento, lo eterno y lo fugaz.

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