«Reflexiones y Controversias: La Representación de Cuba en la Bienal de Venecia»

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En el año 2022, con motivo de la pasada Bienal de Venecia escribía sobre lo que me parecía  una incongruencia:  en un evento dedicado a las mujeres el proyecto curatorial de Cuba estuviera confirmado solo por hombres, cito:

(…) «La presencia de Cuba como pabellón responde a un proyecto curatorial conformado por los artistas  Alexis Leiva Machado (Kcho) y Rafael Villares, donde cada uno presenta obras marcadas por sus estilos personales. «Terra ignota», titulo de la muestra conecta la obra de estos artistas con la práctica del artista italiano Giuseppe Stampone.

No obstante, en consonancia con la línea curatorial de la Bienal como evento según lo antes descrito, la presencia de la mujer artista cubana fue considerada por el Comité Organizador (del evento) al seleccionar la obra de Belkis Ayón, quien por segunda ocasión vuelve a ser artista invitada de la Bienal de Venecia y en ésta ocasión es la única artista femenina cubana incluida. Mayor relevancia alcanza y por supuesto es un reconocimiento en su figura al quehacer artístico femenino en la isla, la selección de su colografía de 1996 «S/T» (La soga y el fuego) como imagen de uno de los pósteres promocionales oficiales de tan importante evento.

Sin duda alguna es una deuda pendiente el reconocimiento de muchísimas mujeres artistas cubanas, y su obra.» Fin de la cita.

Dos años después, vuelve a avivarse la polémica sobre la participación nuevamente de Cuba en este evento. A no pocos asombró el anuncio de la selección (no por concurso público como se estila en varios países) de Wilfredo Prieto como artista a representar en el Pabellón de Cuba en Venecia. En los últimos días varios debates en las redes sociales se han acontecido, y tal pareciera que fuera esto parte del discurso de la obra de WP aún sin inaugurar.

Lo que me motiva estás líneas es un reciente comentario del «activista» en redes El Necio sobre el tema en el muro de la crítica y ensayista Elvia Rosa, El Señor Corchea. Allí, al parecer y bajo el influjo o la orientación señaló cito: 

«Epa!!! Hay que hablar de Wilfredo pa hacerse notar, así sube un poco el rating de esta paginita. Sí. Cuba estará representada en Venecia, pero si ustedes lloran mejor porque dan un poco de publicidad. Sigan 🤧»

En buen cubano, si fuera WP le diría a este «influencer»: Socio, si es así, no me ayudes…

Dejó aquí mi respuesta a este escribidor venido en analista político y de arte:

El Necio te doy otro punto de vista…el curador de la Bienal de Venecia de 2024 ha manifestado que la edición de este año se dedicará a explorar las experiencias de aquellos artistas que se identifican como extranjeros, inmigrantes, expatriados, miembros de la diáspora, emigrados, exiliados, o refugiados, con un enfoque particular en la interacción entre el Sur Global y el Norte Global, poniendo de relieve la migración y la descolonización como ejes temáticos principales.

La selección de Wilfredo Prieto para participar en la Bienal de Venecia de 2024, sin que este se ajuste estrictamente al perfil de artista emigrado delineado por el concepto curatorial del evento, y sin que se haya divulgado oficialmente el proyecto que presentará, invita a una discusión crítica sobre los criterios de representación de Cuba en este escenario global. Este enfoque curatorial, centrado en artistas que navegan la experiencia de la migración, la diáspora, y los complejos procesos de descolonización, sugiere una preferencia por narrativas personales y colectivas marcadas por el desplazamiento geográfico y cultural.

La decisión de incluir a un artista que no encarna la condición de emigrado en su práctica o biografía, en el contexto de un evento que busca explorar precisamente esas realidades, plantea preguntas importantes sobre la visibilidad y la inclusión de las voces de la diáspora cubana en las plataformas internacionales. Cuba, un país cuyo arte y cultura se han enriquecido y complejizado por las experiencias de sus comunidades diaspóricas, cuenta con una vasta constelación de artistas que viven y trabajan fuera de sus fronteras, cuyas obras dialogan de manera directa con las temáticas de migración y transculturalidad propuestas por la Bienal.

Este contexto abre el debate sobre los mecanismos de selección y representación en eventos de la envergadura de la Bienal de Venecia. ¿Qué criterios prevalecen a la hora de elegir a los artistas que representarán a una nación tan diversa y culturalmente rica como Cuba? ¿Se está dando suficiente espacio a las narrativas de aquellos que, a través de su arte, exploran las realidades de la vida en el exilio, la identidad fragmentada y la pertenencia a múltiples mundos?

Además, la falta de información oficial sobre el proyecto de Wilfredo Prieto no hace sino intensificar la curiosidad y el debate en torno a su participación. ¿Cómo dialogará su obra con el marco temático de la Bienal? ¿Podrá su propuesta artística tender puentes entre las realidades de la isla y las de la diáspora cubana, ofreciendo así una visión más holística de la experiencia cubana contemporánea?

Esta situación subraya la necesidad de una mayor transparencia y diálogo en los procesos de selección y curaduría, así como de una reflexión más profunda sobre la diversidad y complejidad de las identidades y experiencias que componen el tejido social y cultural de Cuba. La inclusión de artistas de la diáspora en plataformas como la Bienal de Venecia no solo enriquecería la representación nacional, sino que también contribuiría a una comprensión más matizada y completa de la globalidad y sus múltiples facetas en el arte contemporáneo. Deberías leer a El Señor Corchea  y que conste…en lo particular me gusta la obra de Wilfredo Prieto 😉