Exposición «El corazón de Egipto en Cuba»
Miguel Y. Cosme
20.08.2023
Residencia del embajador de Egipto
En el corazón de un pedazo de Egipto en Cuba, iluminado sutilmente, donde la esencia mística del Nilo, con sus historias milenarias y sus aguas cargadas de vida, se entrelaza armoniosamente con el vibrante y apasionado espíritu de la isla caribeña, emerge la muestra «El corazón de Egipto en Cuba». Esta exposición, fruto del ingenio y la visión del joven artista emergente Miguel Y. Cosme, que está dejando una marca en el panorama artístico cubano con varios premios y becas ganadas, nos invita a embarcarnos en un viaje transoceánico de ensueño. Un viaje que trasciende las barreras geográficas y temporales, llevándonos de la mano por un recorrido que entrelaza dos culturas tan distintas pero a la vez tan llenas de pasión, dos épocas que se dialogan en el silencio del arte y dos realidades que, bajo la perspectiva del artista, convergen y coexisten en un plano de admiración y respeto mutuo.




Sumergiéndose en las raíces más profundas de la historia, el artista opta por el papiro, ese venerable lienzo que sirvió de testigo a los relatos y secretos de la antigua civilización egipcia. Con este medio, él reinventa y ofrece una perspectiva fresca y audaz al arte contemporáneo. No se trata de cualquier papiro; cada hoja es meticulosamente seleccionada, buscando aquellas que destilen carácter y autenticidad. Posteriormente, son tratadas con esmero para garantizar su durabilidad y resaltar su belleza natural. Sobre estas superficies, con trazos precisos y deliberados, el artista inscribe jeroglíficos y otros símbolos ancestrales que narran emotivas historias impregnadas de pasión, fe y una trascendencia que desafía el paso del tiempo. Y en medio de este aluvión de simbolismo, destaca con preeminencia el corazón. Este órgano, fundamental en la fisiología humana y cargado de significado en la esfera espiritual y emocional, emerge como el héroe silente de la narrativa. Su representación no solo evoca su importancia biológica, sino que también rememora el valor otorgado en la mitología egipcia, donde era considerado el guardián de la verdad, el refugio de la moral y la esencia del ser.



La deconstrucción del cuerpo humano, que el artista presenta en formas amorfas y a veces casi etéreas, emerge como un pilar poderoso y desafiante en esta exposición. Estas representaciones, lejos de ser meras abstracciones, parecen capturar la esencia volátil de la humanidad. Los cuerpos, en su gradual desvanecimiento y fusión, se metamorfosean en masas compactas, donde las líneas que definen a un individuo se vuelven borrosas y ambiguas. Esta amalgama de formas humanas, que pareciera estar en constante flujo y cambio, lanza un interrogante profundo acerca de la individualidad y la colectividad. ¿Dónde termina un ser y comienza otro? ¿Somos realmente entidades separadas o formamos parte de un todo más grande? Además, estas figuras evocan reflexiones sobre el misterio intrínseco de la existencia, esa insondable pregunta de por qué estamos aquí. Al mismo tiempo, la naturaleza efímera y transitoria de la vida humana se manifiesta en cada trazo, recordándonos nuestra vulnerabilidad y la inevitabilidad del paso del tiempo. La exposición, a través de esta potente deconstrucción, nos invita a confrontar y meditar sobre estas realidades universales.




Este proyecto, nacido de la oportunidad brindada por una beca de creación Calunga otorgada por el Proyecto Cultural Finca Calunga del artista Michel Mirabal, es un testimonio palpable del vasto talento que alberga el joven artista. Sin embargo, va más allá de simplemente destacar habilidades; es un reflejo de la visión y el compromiso de Mirabal hacia la nutrición y ascenso de las próximas generaciones de artistas en el vibrante panorama del arte contemporáneo cubano. El Proyecto Finca Calunga, con su generosidad y fe en el potencial emergente, no solo auspiciando esta beca sino además con donativos de materiales de artes plásticas y el financiamiento de iniciativas culturales, se consolida como un pilar en la comunidad artística, fomentando la innovación y frescura que los nuevos talentos aportan. Por su parte, la Embajada de Egipto en Cuba, al respaldar este proyecto con su patrocinio, no solo está reconociendo y validando la excelencia y profundidad del trabajo presentado. Más que eso, está tejiendo un puente cultural, subrayando la posibilidad y la belleza que surge de la confluencia de dos culturas tan ricas y distintas, unidas en este caso, por la universalidad y el poder del arte. Es una colaboración que resalta el diálogo intercultural y celebra la diversidad y el entendimiento mutuo a través de la expresión artística.




«El corazón de Egipto en Cuba» se alza como un magno homenaje a la confluencia de tradiciones, innovaciones y legados culturales. Es una oda vibrante que celebra la riqueza de la herencia egipcia y la efervescencia cubana, fusionando con maestría la creatividad intrínseca de ambas naciones. La exposición sirve como un puente que conecta dos mundos, dos historias y dos realidades, demostrando que, a pesar de las vastas distancias geográficas y las discrepancias temporales, hay hilos invisibles que nos unen.



Este proyecto es un recordatorio elocuente de que, a pesar de nuestras diferencias culturales, hay aspectos universales en la experiencia humana. Las emociones, en sus diversas manifestaciones, y el arte, en su capacidad de expresar y evocar esas emociones, son testamentos de la universalidad del espíritu humano. Son fuerzas que trascienden fronteras políticas, barreras lingüísticas y divisiones temporales, conectando corazones y mentes a través de generaciones y continentes. En este contexto, «El corazón de Egipto en Cuba» no es solo una exposición, sino una invitación a reconocer y celebrar la humanidad compartida, y a apreciar la belleza que emerge cuando diferentes mundos se entrelazan en armonía.

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