Exposición “Umbra”

Yari Delgado

09.08.2021

Galería Instantáneas Prismas

Con no pocos con los que he hablado sobre la obra de Yari Delgado, he coincidido que la misma se nutre directamente de antecedentes fuertes y referentes inevitables como es la obra del Maestro Rancaño. Pero que eso no le resta, sino que es la incansable búsqueda del estilo propio y personal de cada artista que empieza. Todos los artistas que se asoman al panorama de las artes visuales contemporáneas por naturaleza tienen puntos de coincidencia con otros artistas y etapas previas ya sea de manera formal o conceptual en su obra.

Aquellos que tienen una mirada panorámica de ese horizonte visual, siempre encontraran esos recursos expresivos, símbolos, metáforas que alguna vez han servido a otros. Pero la magia está en como este nuevo artista los reutiliza para trasmitir sus ideas y sentimientos…ahí está el punto que me gusta de la obra de Yari, ahora en su exposición Umbra.

Unida en línea creativa y con obras de su exposición anterior “Estudio de las Sombras”, la artista retoma ese binomio indisociable que son la luz y la sombra. Se va haciendo evidente los resultados de este estudio en la forma de presentar las nuevas piezas en Umbra, donde empleada como recurso metafórico “las sombras” vuelven a reflejar la rutina/dinámica que se vive en estos días, el efecto hacia lo individual, hacia lo social de meses, años de epidemia. Sombras, siluetas, todas resultantes no de una luz natural sino de la presencia de esa luz representada en la composición de escenas bien pensadas, buscadas, algunas veces logradas -otras no, lo que puede ser resultado del proceso curatorial de la muestra-.

Lo que, si sigue conquistándome de las fotografías de Yari, son el misticismo que las mismas generan. Escenas donde el ambiente es creado por una tenue luz, y las siluetas de manos, pies, cuerpos proyectan sus sombras fantasmagóricas sobre/a través de sábanas -referente obligado a la intimidad del hogar, al confinamiento actual-, contienen en sí una carga emocional tal que uno pudiera “escuchar” esos gritos de dolor y desgarro de almas penando.

Reconozco la constancia de Yari por su trabajo, se sobrepone a sus propios miedos y los combate a través de su obra -joven aún e imperfecta, pero interesante-; redescubre esas raíces que la influyen, lo aplaudo; busca su estilo, lo defiendo. ¡Espero que lentamente vaya saliendo de la umbra que le cubre y refleje toda la luz…que tiene!