Exposición “Imitación a la vida”
19.03.2021
Que son las grandes novelas si no una imitación a la vida. Así Luis Gomez desde su estética muy personal como artista plástico, se coloca el traje de ese detective Philip Marlowe (alter ego creado por el célebre novelista Raymond Chandler) y disecciona una realidad no tan distinta como aquellos escenarios donde caminó ese personaje. Ambos –Marlowe y Gómez- comparten cualidades que los convierten en seres seductores para el público, cínicos, ácidos, incorruptibles por el medio, irónicos y cautivadores. Si a Marlowe en una de las novelas le señalaron que era “un poli listo”, Luis es un artista singular, tal y como la crítica especializada lo ha señalado (en palabras al catálogo Elvia Rosa señala “proyecta una naturaleza inflamable e inquisitiva”).
Cómo un detective –para y con el arte contemporáneo actual- en esta exposición el artista intenta desentrañar el papel de los mass media (revistas, periódicos, catálogos impresos) en la realidad de la sociedad moderna. En una serie de varios collages que ocupan una de las paredes de Galería Habana, el artista busca descubrir mensajes ocultos o encontrar un patrón entre tantos y tantos contenidos y miles de páginas de artículos publicados sobre los más disímiles temas.
Usando el collage como técnica, la pared simula esa oficina abarrotada de fotos de casos pasados de un detective, el artista desde un punto de vista conceptual y experimental muestra al público representaciones abstractas de esa vida que pasa cada día frente a sus ojos. “Hoy más que nunca, la fotografía, la publicidad, la imagen audiovisual a través de los medios de comunicación de masas y las redes sociales, nos muestran una realidad heterogénea y una amplia diversidad de asociaciones en interacción, siempre en relación con «el» afuera”. (Deleuze, 2013)
En varias paredes, como las cartas anónimas de criminales que piden rescates con letras recortadas de revistas y periódicos para que caligráficamente no puedan ser descubiertos, el artista coloca fragmentos de diálogos memorables de Marlowe y otros muy propios como señas de identidad, para que quienes se arriesguen a descubrir sus orígenes lleguen hasta sus autores verdaderos. Frases que les describen como Quijotes (uno cabalgó por las calles de Norteamérica de los años 30 y 40, el otro recorre las calles de la Habana deshaciendo los entuertos de un mundo moral en el arte).
Cada pieza en la exposición está colocada en su justo lugar, como migajas de pan para ir guiando al espectador en un recorrido único, de descubrimiento de pistas de la vida en el arte. En palabras de Héctor Antón: “la fusión del arte con la vida como expresión de crisis o desahogo, para sentir tensando la cuerda de lo inatrapable” siguen caracterizando la obra de este artista, que en esta ocasión asume la función de narrador testigo (voz en off) y nos guía a lo largo de este relato en franca imitación a la vida.
A ambos, Luis Gómez y Philip Marlowe, les sirve aquello que escribió R. Chandler: “Por estas calles mezquinas ha de pasar un hombre, que no es mezquino ni está corroído ni tiene miedo. Él es el héroe, es todo. Tiene que ser un hombre completo y un hombre común, sin embargo, poco usual”.