05.09.2020

Galería Martha Machado

Sobre “Monumento a la forma” tuve conocimiento posterior a su exposición en la galería Teodoro Ramos en el Cerro —un ejemplo de la deuda comunicacional que existe con este “otro” circuito de galerías, de lo cual alguna vez que otra señalaré— y a partir de ahí fui dando seguimiento al trabajo de este joven artista Leandro Mompié, quien tiene su laboratorio de ideas allá en la “nave nodriza del arte” que es el Isa Cuba . Esta vez las puertas de otra galería municipal acogió la muestra, ahora en su terruño natal, en la Isla de la eterna juventud, ese señalado lugar que es la galería Martha Machado.

El ingenio y habilidades escenográficas de este artista, logro convertir un espacio dedicado a exposiciones -otra de las deudas con este circuito invisibilizado, donde mucho aún falta por hacer- a través de un atinado diseño de montaje, primero diseñado en 3D y luego llevado a la realidad, en algo mucho más atractivo para que cada pieza luciera.

Siempre me ha intrigado todo el proceso creativo que da como resultado una exposición. ¿Cómo el artista concibe una idea, ¿cómo esa idea se va convirtiendo en realidad? ¿Cómo se va perfeccionando la misma y tiene ese acabado que es lo que casi siempre vemos en las galerías? En pocas ocasiones he visto expuesto este proceso creativo como obra per se, a mi mente llega la exposición “Zona Sagrada” de Luis Enrique Milán Boza -Primer Premio de #PostIt4 y sirva de #tbt aprovechando que estamos a horas de #Postit7-, donde en la planta superior de la galería Collage Habana, quedaba la evidencia de los moldes que formaron las piezas abajo expuestas. Un ejemplo claro de que el gesto en sí tiene un valor intrínseco de obra.

A Mompié le asalta la necesidad de poner en blanco y negro las ideas que se agolpan en su mente antes de lanzarse al desafío que es un lienzo en blanco. Testigos mudos son esos bocetos o esbozos que en esta exposición se ganan el protagonismo, incluso por encima de muchas de las piezas que luego se definen hijas de ellos. Ese proceso creativo ha tenido en ellos su comienzo.

Pedazos de cartones, lienzo rotos, hojas de papel de blog y libretas son la prueba de autor y las primeras herramientas, que ahora descansan satisfechas y se felicitan entre sí. Mompié ha dejado en ellos, esa inmediatez, espontaneidad, emoción que solo existe en la mente de un artista en el momento de creación pura, donde no existe el retoque o la mejora. Cada uno de esos fragmentos son parte íntima y personal de este joven, tal vez por eso les da tanto valor y los expone orgulloso, como monumentos a la forma.