Exposición Ego te Absolvo
Ernesto Mateo Rancaño Vieites
27.02.2020
Volver a los clásicos es siempre un placer, más y cuando quien nos motiva –con su obra- es Ernesto Mateo Rancaño Vieites. La galería Villa Manuela reclamó su presencia y a su encuentro acudió con una serie que invita a reflexionar. En mi caso me llevó a desempolvar un viejo cuento leído al paso casi ya en el olvido, Oscar Wilde su autor, y con razón, pues esta exposición casi ilustra al detalle ese relato. No sé si a propósito o simple conexión que hace mi mente.
Ego te Absolvo y sus personajes casi que recorren la galería donde la muestra de igual nombre asombra a los presentes. Salvando la distancia (y el verdadero let motiv de Rancaño aún no descubierta por mi) existe un paralelismo entre la obra/instalación Primer Pecado, con la reacción del personaje Pedro Careaga al desear y poseer a su prisionera (bella y deseable, con sus largos cabellos negros que caían en cascada hasta sus piernas, sus labios rojos y sus pupilas brillantes según describe Oscar Wilde) y olvidar sus deberes de soldado.
La muerte de ambos por navajazo tiene su simbolismo en la pieza “Al que a hierro mata” como si nos hicieran testigos del “arma humeante” del delito cometido por Joaquín Martínez bastardo, cuyo ego dolido por no ser partícipe del gozo de la hembra, es descrito sencillamente como “inocente narciso” por aquel cura bandolero.
O la semejanza de la pieza Rómulo y Remo con esa relación entre Pedro Careaga y Joaquín Martínez, ambos “amamantados” por el poder del ejército, el segundo terminó con la vida del primero, tal y cuál la leyenda de los hermanos “por desafiar los límites impuestos”, escena que se me antoja recrea la fotografía El Duelo.
Las palabras pronunciadas por el cura “Ego te absolvo” justo antes del acto de perdonar mediante un disparo abrasador a Joaquín por sus delitos en vida dejan #sinpalabras a este con dualidad de lector/espectador, que repite que escribe con criterio propio, causa de las incomprensiones y conflictos más antagónicos por los siglos de los siglos…
Los curadores de la muestra, Luis Enrique Padrón Pérez y Arlettes Sandó Ramos coinciden en afirmar que esta muestra (…) está llamada a sembrar en nosotros una inquietud sorda. Advertencia que nos acompañará de una vez y para siempre- como un grillete. ¡Y lo logra!